El Shema es una oración central en el judaísmo que proclama la unidad de Dios y su supremacía. Sin embargo, muchos cristianos también encuentran inspiración y significado en esta poderosa plegaria. A través de una comprensión teológica y referencias bíblicas, exploraremos cómo el Shema puede ser una plegaria cristiana significativa.
La Unidad de Dios
El Shema comienza con las palabras “Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios, el Señor uno es” (Deuteronomio 6:4). Esta declaración enfatiza la unidad de Dios y su singularidad. En el cristianismo, creemos en la Trinidad: un solo Dios en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Aunque esta doctrina puede parecer compleja, el Shema nos recuerda que, a pesar de la diversidad de las personas divinas, Dios sigue siendo uno. Esta comprensión nos ayuda a profundizar en nuestra fe y a apreciar la complejidad y la unidad de Dios.
Además, Jesús mismo citó el Shema cuando se le preguntó cuál era el mandamiento más importante. En Marcos 12:29-30, Jesús respondió: “El primer mandamiento es: ‘Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas’”. Jesús afirmó la importancia del Shema y lo elevó como el mandamiento supremo para los seguidores de Cristo. Al orar el Shema, los cristianos pueden unirse a Jesús en su amor y devoción a Dios.
La Supremacía de Dios
El Shema también nos recuerda la supremacía de Dios sobre todas las cosas. En Deuteronomio 6:5, se nos insta a amar a Dios con todo nuestro ser: corazón, alma, mente y fuerzas. Esta es una llamada a entregar nuestra vida por completo a Dios y reconocer su soberanía sobre nosotros. Como cristianos, creemos que Dios es el Creador y el Sustentador de todo el universo. Al orar el Shema, reafirmamos nuestra dependencia de Dios y su autoridad sobre nuestras vidas.
Además, el apóstol Pablo también hace referencia al Shema en el Nuevo Testamento. En 1 Corintios 8:6, escribe: “para nosotros, sin embargo, solo hay un Dios, el Padre, del cual todo procede y para el cual existimos; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual todo existe y por medio del cual también nosotros existimos”. Aquí, Pablo enfatiza la unidad y la supremacía de Dios, recordándonos que todo proviene de Él y existe por Él. Al orar el Shema, reconocemos la grandeza y la autoridad de Dios en nuestras vidas.
Una Plegaria para los Cristianos
Aunque el Shema es una oración judía, su mensaje trasciende las fronteras religiosas y puede ser una plegaria significativa para los cristianos. Al orar el Shema, nos unimos a la tradición judía y reconocemos la unidad y la supremacía de Dios. Nos ayuda a profundizar en nuestra fe y a recordar que Dios es uno, a pesar de la complejidad de la Trinidad. También nos desafía a amar a Dios con todo nuestro ser y a someternos a su autoridad.
Nos invita a reflexionar sobre la unidad y la supremacía de Dios, y nos desafía a amarlo con todo nuestro ser. Al orar el Shema, nos unimos a una tradición antigua y nos conectamos con la fe de nuestros hermanos y hermanas judíos. Que esta plegaria nos inspire y nos guíe en nuestro viaje espiritual.