Historias de oraciones milagrosas
La oración en la Biblia hebrea es un medio evolutivo de interactuar con Dios, la mayoría de las veces a través de una forma espontánea, individual y desorganizada de petición y/o agradecimiento. La oración estandarizada, como la que se hace hoy en día, es inexistente. Sin embargo, a partir del Deuteronomio, la Biblia sienta las bases de la oración organizada, incluidas las directrices litúrgicas básicas, y en los últimos libros de la Biblia, la oración ha evolucionado hacia una forma más estandarizada, aunque sigue siendo radicalmente diferente de la que practican los judíos modernos.
El Tanaj describe la oración individual de dos maneras. La primera es cuando se describe la oración como algo que ocurre y se obtiene un resultado, pero no se da más información sobre la oración de una persona. En estos casos, como los de Isaac,[1] Moisés,[2] Samuel,[3] y Job,[4] el acto de orar es un método para mejorar una situación. La segunda forma en que se representa la oración es a través de episodios completos de oración, en los que se relata íntegramente la oración de una persona. Muchos personajes bíblicos famosos tienen una oración de este tipo, incluidos todos los personajes importantes, desde Ana hasta Ezequías[5].
¿Cuál es un relato bíblico sobre la oración?
La noche de la traición de Jesús, éste rezó a solas en un huerto, pidiendo a Dios que protegiera a sus seguidores. Jesús agonizó en oración a Dios, diciendo: “‘Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya’” (Lucas 22:42).
¿Cuáles son algunas historias sobre el poder de la oración?
Ejemplos del poder de la oración en la Biblia: Tras ser capturado por los filisteos, Sansón rogó al Señor que le diera fuerzas para derribar el templo de los filisteos (Jueces 16:23-31). Elías rogó a Dios que le devolviera al hijo de una viuda. Elías clamó al Señor, y Dios le escuchó y revivió al niño.
¿Quién fue el primer rezador?
Abraham. La primera oración notable cuyo texto se recoge en la Torá y la Biblia hebrea se produce cuando Abraham suplica a Dios que no destruya al pueblo de Sodoma, donde vive su sobrino Lot.
Conmovedora historia sobre la oración
En el Nuevo Testamento, los capítulos 14-17 del Evangelio de Juan se conocen como el Discurso de despedida de Jesús a once de sus discípulos inmediatamente después de la Última Cena en Jerusalén, la noche antes de su crucifixión[1].
En primer lugar, Jesús comunica a los discípulos que se va al Padre y que enviará al Espíritu Santo para guiarlos[2]. Jesús concede la paz a los discípulos y les ordena que se amen los unos a los otros. La expresión de la unidad de amor entre Jesús y su Padre, en el Espíritu, tal como se aplica a sus discípulos en el amor de Cristo, es un tema clave del discurso, manifestado por varias reiteraciones del Mandamiento Nuevo: “amaos los unos a los otros como yo os he amado”[3].
La siguiente parte del discurso contiene la alegoría de la Vid Verdadera, que sitúa a Jesús como la vid (la fuente de vida para el mundo) y a los discípulos como los sarmientos, basándose en el modelo de discipulado de los Evangelios[4][5] La Vid vuelve a subrayar el amor entre los discípulos, pero Jesús advierte a los discípulos de las persecuciones que se avecinan: “Si el mundo os odia, acordaos de que a mí me odiaron antes que a vosotros”[1]. “Os he dicho estas cosas para que en mí tengáis paz. En este mundo tendréis problemas. Pero ¡ánimo! Yo he vencido al mundo”. Juan 16:33
Historia sobre rezar por los demás
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Historia bíblica sobre la oración y la fe
En mi transición de estudiante universitaria a joven profesional, cada vez recurro más a la oración. O al menos noto más la ausencia de oración en mi vida. Con toda la locura que fue 2020, no sé cómo lo habría superado sin la oración, mis propias oraciones y las oraciones de mis amigos.
Mirando hacia atrás, me doy cuenta de la importancia y el poder de la oración en mi vida, en mi relación con el Señor y en el mundo. La oración cambia las cosas, y las siguientes historias sobre el poder de la oración, tomadas de la Biblia y de la vida de esta joven profesional, te mostrarán cómo liberar el poder de la oración en tu propia vida.
En mi viaje para mejorar en la oración, he estado aprendiendo sobre la oración a través de sermones, orando con amigos y escuchando los testimonios e historias de otros sobre el poder de la oración. Con ello, me he recordado a mí misma que debo utilizar el poder de la oración con más frecuencia en mi vida diaria. Una forma de hacerlo es recordando algunas de estas lecciones de las Escrituras sobre el poder de la oración.