Oracion De Accion De Gracias Para Ninos De Primera Comunion
Oracion

Oración de acción de gracias para niños de primera comunión

Maria Asunción
Maria Asunción

Oraciones ortodoxas de acción de gracias después de la comunión

KontakionNo me impidas recibir ahora, oh Cristo, el pan que es Tu Cuerpo, y Tu divina Sangre, y participar, oh Maestro, de Tus inmaculados y temibles Misterios; y que éstos no sean para mí, el desdichado, para juicio, sino para vida eterna e inmortal.

Novena OdaNuestro Dios y Señor, el Hijo del Padre que no tiene principio, se nos ha aparecido encarnado de una Virgen, para iluminar a los que están en tinieblas, y para reunir a los dispersos; por eso magnificamos a la todogloriosa Theotokos.Ten piedad de mí, oh Dios, ten piedad de mí.El Señor es bueno: Gustad y ved. Ten piedad de mí, oh Dios, ten piedad de mí. Que sea santificado en cuerpo y alma, oh Maestro; que sea iluminado; que sea salvado; que llegue a ser Tu morada por la comunión de los sagrados Misterios, teniéndote a Ti con el Padre y el Espíritu morando en mí, oh misericordiosísimo Benefactor.

Oración de acción de gracias por la primera comunión

Acepta nuestro sacrificio de alabanza y de acción de gracias y ayúdanos a crecer en el amor y la obediencia, para que podamos servirte en el mundo y, finalmente, ser llevados a la mesa donde todos tus santos festejan contigo para siempre.

Que nosotros, que hemos extendido nuestras manos para recibir este sacramento, seamos fortalecidos en tu servicio; nosotros, que hemos cantado tus alabanzas, proclamemos tu gloria y tu verdad en nuestras vidas; nosotros, que hemos visto la grandeza de tu amor, te veamos cara a cara en tu reino y vayamos a adorarte con todos tus santos para siempre. Padre, nos ofrecemos a ti como sacrificio vivo por Jesucristo, nuestro Señor; envíanos con el poder de tu Espíritu a vivir y trabajar para tu alabanza y gloria.

Oración de acción de gracias por los jóvenes

Oración antes de la Comunión: Oh Dios mío, ayúdame a hacer una buena Comunión. María, mi queridísima Madre, ruega a Jesús por mí. Todos los santos Ángeles y Santos, rogad por mí. Mi querido Ángel Custodio, condúceme al altar de Dios.

Acto de Fe: Señor mío Jesucristo, creo firmemente que voy a recibir, en la Comunión, Tu Cuerpo, Tu Sangre, Tu Alma y Tu Divinidad. Lo creo porque Tú lo has dicho, y estoy dispuesto a dar mi vida por mantener esta verdad. Amén.

Acto de humildad: Dios mío, confieso que soy un pobre pecador. No soy digno de recibir el Cuerpo y la Sangre de Jesús a causa de mis pecados. Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Di sólo una palabra y mi alma sanará. Amén.

Oración después de la Comunión: Señor Jesús, que Tu Cuerpo, que hemos comido, y Tu Sangre, que hemos bebido, se adhieran a nuestras almas, y haz que ninguna mancha de pecado quede en nosotros, ahora que somos refrescados por este puro y Santo Sacramento. Amén.

Oración del Santísimo Sacramento: Que el Corazón de Jesús en el Santísimo Sacramento sea Alabado, Adorado y Amado con afecto agradecido en todo momento en todos los Sagrarios del mundo ahora y hasta el fin de los tiempos. Amén.

Breves oraciones de acción de gracias

LOS MOMENTOS MÁS preciosos de la vida son los que siguen inmediatamente a la Santa Comunión. Durante un breve cuarto de hora, o menos, nuestros corazones son pequeños sectores del cielo. Jesucristo, Hijo de Dios y Segunda Persona de la Santísima Trinidad, Salvador, Maestro, Rey de Reyes, está allí. Está con nosotros en Su humanidad fascinante que encantó a las multitudes de la tierra y que hoy es la alegría de los ángeles y de los santos. Está presente en Su divinidad que es el objeto esencial de la Visión Beatífica del cielo.

Hacemos de anfitriones durante ese breve cuarto de hora de Dios mismo. Abraham hospedó a los ángeles; nosotros hospedamos al Hijo de Dios. El taumaturgo de Judea concentra su atención en nosotros. Al alcance de nuestras manos extendidas pasa lentamente la fuente y el autor de toda gracia. La simpatía más deliciosa lleva a morar con nosotros en íntima asociación a Aquel que nunca negó ni siquiera los milagros a los que le buscaban en la tierra.

A través de esta Santa Comunión, nuestra debilidad es desplazada por la fuerza del Dios-hombre. Por nuestro cuerpo y por nuestra alma discurre la pureza que contrarresta la fuerza de nuestras tentaciones más apasionadas. Poseemos al maestro y al maestro cuya sabiduría, base de la civilización moderna y de todo lo que entendemos por la Nueva Ley, se pone a nuestra disposición personal.

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Oración del padre pío a su ángel de la guarda