Biografía del Padre Pío
Padre celestial, te doy gracias por amarme. Te doy gracias por haber enviado a tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, al mundo para salvarme y liberarme. Confío en tu poder y en tu gracia que me sostienen y me restauran.
Padre amoroso, tócame ahora con tus manos sanadoras, porque creo que tu voluntad es que esté bien de mente, cuerpo, alma y espíritu. Cúbreme con la preciosísima sangre de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, desde la coronilla de mi cabeza hasta la planta de mis pies.
Echa fuera todo lo que no debería estar en mí. Extirpa de raíz cualquier célula enferma y anormal. Abre cualquier arteria o vena bloqueada y reconstruye y rellena cualquier zona dañada. Elimina toda inflamación y limpia cualquier infección con el poder de la preciosa sangre de Jesús.
Deja que el fuego de tu amor sanador pase a través de todo mi cuerpo para sanar y hacer nueva cualquier área enferma para que mi cuerpo funcione de la manera en que lo creaste para funcionar. Toca también mi mente y mis emociones, hasta lo más profundo de mi corazón.
Impregna todo mi ser de tu presencia, amor, alegría y paz, y acércame cada vez más a ti en cada momento de mi vida. Y Padre, lléname de tu Espíritu Santo y dame el poder de hacer tus obras para que mi vida traiga gloria y honor a tu santo nombre. Te lo pido en el nombre del Señor Jesucristo.
¿Cuáles son las 3 oraciones poderosas?
La oración de protección. La oración de transformación. La oración de restauración.
¿Cuáles son las 3 oraciones básicas?
Las 3 oraciones básicas – Padre Nuestro, Ave María, Gloria – YouTube.
Quédate conmigo señor padre pio
A menudo, cuando alguien nos pide que recemos por una intención concreta, tenemos una oración específica que utilizamos, ya sea una oración espontánea o una oración memorizada. Puede ser el Rosario, un Padre Nuestro o una Coronilla de la Divina Misericordia. La oración favorita de San Padre Pío era la llamada “Novena eficaz al Sagrado Corazón de Jesús”.
Esta oración fue compuesta por Santa Margarita María Alacoque. Ella era una hermana religiosa y mística en Francia en el siglo XVII. Recibió múltiples visiones de Jesús a lo largo de su vida. Es conocida sobre todo por difundir la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
Cada día, un gran número de personas, en persona o por carta, pedían al Padre Pío sus oraciones. San Padre Pío rezaba la Novena del Sagrado Corazón y a menudo su intención era milagrosamente respondida por Dios.
Muchos creen que el poder de esta oración reside en su conexión con el Corazón de Jesús, implorándole que se apiade de nosotros y de nuestras peticiones. Jesús es manso y humilde de Corazón y el amor de su Corazón desborda por toda la humanidad. La última parte de la oración resume este amor y puede ser una de las razones por las que San Padre Pío la recitaba con frecuencia.
Letanía padre pío
Oh Jesús mío,dame Tu fuerza cuando mi débil naturaleza se rebela contra la angustia y el sufrimiento de esta vida de destierro,y permíteme aceptarlo todo con serenidad y paz.Con todas mis fuerzas me aferro a Tus méritos,Tus sufrimientos,Tu expiación y Tus lágrimas,para poder cooperar Contigo en la obra de la salvación. Dame fuerza para huir del pecado,única causa de Tu agonía,de Tu sudor de sangre y de Tu muerte.Destruye en mí todo lo que Te desagraday llena mi corazón con el fuego de Tu santo amory de todos Tus sufrimientos.Abrázame con ternura,con firmeza,cerca de la Juventudpara que nunca Te deje solo en Tu cruel Pasión.Sólo te pido un lugar de descanso en Tu Corazón. Amén.
Padre pio milagro petición de oración
San Pío de Pietrelcina, más conocido como “Padre Pío”, es uno de los santos más extraordinarios y fascinantes de los tiempos modernos. Con la increíble cantidad de milagros que se le atribuyen, consideramos al Padre Pío el patrón de la curación. Celebramos la fiesta del Padre Pío el 23 de septiembre.
Nacido el 25 de mayo de 1887 en Pietrelcina (Italia) con el nombre de Francesco Forgione, el Padre Pío se consagró a Dios desde muy joven. Según los diarios de su director espiritual, Francesco comenzó a experimentar éxtasis y apariciones a la edad de 4 ó 5 años. Francesco, sin embargo, no se daba cuenta de que se trataba de experiencias extraordinarias; se guardaba muchas de ellas para sí, pensando que eran ordinarias. A través de más y más visiones y encuentros con la obra sanadora de Dios, la confianza de Francisco en Él no hizo más que crecer, aunque sus primeros años de vida no estuvieron exentos de dificultades.
Tras ingresar en los Capuchinos, Pío fue enfermando progresivamente. Su estómago rechazaba la comida y sólo era capaz de beber cantidades mínimas de agua. Abandonó el monasterio y regresó a su casa por recomendación de sus médicos, pero su salud seguía siendo precaria. Con pocas esperanzas de mejorar su salud, lo que más deseaba Pío era ordenarse sacerdote. Aunque era bastante joven para la ordenación, el obispo ordenó a Pío el 10 de agosto de 1910. A los 23 años, el Hermano Pío se convirtió en el Padre Pío, o en italiano, Padre Pío, como lo conocemos hoy.