Heraldos del Evangelio – EE.UU.
Los verdaderos contrarrevolucionarios son una minoría asediada, que resiste valientemente contra una marea revolucionaria que arrastra fácilmente a los de carácter más débil. Aunque puede haber ocasiones en que sea necesario colaborar con quienes no son enteramente contrarrevolucionarios, “la lucha contra la Revolución sólo puede desarrollarse adecuadamente uniendo a personas que estén radical y enteramente libres del virus de la Revolución” (59). Además, aunque hay que intentar persuadir a las masas si es posible, “el factor principal está en la formación de las élites” (60).
A principios de la década de 1980, volaban las acusaciones de que la TFP se había convertido en una secta en toda regla. Se afirmaba que sus seguidores sustituían a Jesús y María por el Dr. Plinio y doña Lucilia. Los angloparlantes tendrán problemas para encontrar parte de esta información relativa a las controversias en torno a la TFP, pero pueden leer una traducción de una larga e intrincada defensa de la TFP bajo el título Refutation of the TFP to a Frustrated Onslaught (1984), reeditada por Tradición en Acción. Incluye detalles sobre algunas de las acusaciones de comportamiento sectario, incluyendo, por ejemplo, una reproducción de una Letanía de Doña Lucilia -que se alega que fue recitada por algunos miembros de la TFP- que fue condenada por el obispo Antonio de Castro Mayer (que era él mismo tradicionalista y antiguo partidario de la TFP). He aquí un extracto de la letanía:
¿Quién es San Antonio de Padua?
Doña Lucilia lanzó una mirada llena de dulzura, serenidad y bondad sobre su largo pasado. Había vivido, sufrido y luchado con todas las adversidades de la vida, sin rencores y sin amarguras. Su muerte marcó el final y la cumbre de una ascensión pacífica e inquebrantable.
La Providencia reservó la prueba más dura de la existencia de doña Lucilia para los últimos meses de su vida.La vejez había perfeccionado su caridad, y la resignación de su alma había alcanzado un apogeo sublime. Faltaban sólo cinco meses para su juicio particular.
En esta coyuntura, doña Lucilia tuvo la clara noción, debido a su aguda intuición maternal, de que algo muy grave le ocurría al “hijo muy amado de su corazón”, aunque familiares y amigos trataron de ocultarle la crisis diabética que le sobrevino hacia finales de 1967.Obligado a pasar un largo período convaleciente en los confines de su apartamento, el Dr. Plinio pronto comenzó a recibir una afluencia de visitas de discípulos y amigos. El golpe físico que sufrió el Dr. Plinio, pues, dio lugar a que doña Lucilia se hiciera más conocida y -por qué no decirlo- admirada.
LA REALIZACIÓN DE UN SUEÑO
Fruto de estos estudios se fundaron más tarde los institutos para la formación intelectual y doctrinal de los Heraldos del Evangelio: El Instituto Filosófico Aristotélico-Tomista, y el Instituto Teológico Santo Tomás de Aquino, así como el Instituto Filosófico-Teológico Santa Escolástica para la rama femenina, y la Universidad de los Heraldos del Evangelio, que se abrió con cursos de Filosofía y Teología.
También estableció una rama femenina de los Heraldos -de manera similar pero independiente de la rama masculina- con el ideal de la vida comunitaria como medio para alcanzar la santidad y prepararse dignamente para la misión evangelizadora. De la rama femenina surgió la Sociedad de Vida Apostólica Regina Virginum, erigida canónicamente en la diócesis de Campo Limpo, por el obispo Emilio Pignoli.
Es fundador y colaborador habitual de la revista mensual Heraldos del Evangelio, publicada en inglés, portugués, español e italiano, con una tirada total de casi un millón de ejemplares. Desde 2002, escribe en cada número un comentario sobre el Evangelio. También es colaborador habitual de la publicación académica “Lumen Veritatis”, editada por la Universidad de los Heraldos del Evangelio, que se inauguró en octubre de 2007, debido principalmente a su iniciativa.
Lunes de la Sexta Semana de Pascua | 23 de mayo de 2022
Problemas que surgen en una amistad, enfermedades repentinas, dificultades para pagar el alquiler… Diversos favores se han obtenido por intercesión de Doña Lucilia, madre amorosa que no abandona a quienes acuden a ella en su vida cotidiana.
Durante su vida terrena, Doña Lucilia siempre mostró compasión por su prójimo, buscando con fervor resolver los problemas de quien se dirigía a ella. Hoy, desde la eternidad, sigue siendo una incansable protectora de los más necesitados de ayuda.
Basta poner un problema en sus manos con confianza filial para sentir la acción benévola de esta atenta intercesora. Y aunque los favores recibidos a través de ella son variados, una característica común los marca a todos: la forma suave y maternal con que se resuelven los problemas.
Preocupado al constatar una actitud fría por parte de uno de sus amigos, el profesor Sampel no sabía qué hacer para remediar la situación. Le causó un gran malestar y ansiedad durante algunos días: “Estaba exasperado conmigo, por alguna razón que desconozco, e incluso me bloqueó en WhatsApp. Parecía extremadamente irritado, frustrado, agitado y confuso. Esto me afectó profundamente, porque soy psicológicamente propensa a agravar cualquier tipo de discordia, imaginando inmediatamente mil cosas malas”.