Oración a la Virgen por la salud de un hijo. Pide su intercesión y protección para la sanación de tu amado hijo. Confía en su amor maternal y en su poderosa intercesión.
La oración a la Virgen por la salud de un hijo es una plegaria poderosa y llena de fe. En momentos de dificultad y preocupación por la salud de nuestros hijos, acudir a la Virgen María nos brinda consuelo y esperanza. En esta oración, nos dirigimos a la Madre de Dios, pidiendo su intercesión para que proteja y cuide la salud de nuestro hijo. A través de esta oración, expresamos nuestra confianza en la Virgen María como madre amorosa y abogada ante Dios.
Virgen María, madre de bondad y compasión, acudo a ti con humildad y confianza. Te ruego que intercedas ante tu Hijo Jesús por la salud de mi amado hijo. Sé que eres la madre amorosa de todos los hijos de Dios y que escuchas nuestras súplicas con ternura. Te pido que envíes tu manto de protección sobre mi hijo y lo libres de cualquier enfermedad o sufrimiento. Que tu amor maternal lo envuelva y le brinde fortaleza en cuerpo y espíritu.
Virgen María, tú que conoces el dolor de ver sufrir a un hijo, te pido que estés cerca de mi hijo en este momento de dificultad. Sé que tu corazón compasivo se conmueve ante el sufrimiento de los hijos y que siempre estás dispuesta a interceder por nosotros. Te ruego que le concedas a mi hijo la salud y la sanación que tanto necesita. Que tu amor y tu gracia lo acompañen en cada paso de su camino.
Virgen María, madre de misericordia, te entrego la salud de mi hijo en tus manos. Confío en tu poderosa intercesión y en tu amor maternal. Te pido que lo protejas de todo mal y lo guíes hacia la plenitud de la vida. Que tu presencia consoladora lo envuelva y le brinde paz en medio de cualquier dificultad. Amada Virgen, te suplico que escuches mi oración y que intercedas ante Dios por la salud de mi hijo.
Esta oración a la Virgen por la salud de un hijo puede ser rezada diariamente, con fe y devoción. Es recomendable acompañarla con otros actos de amor y servicio hacia los demás, como la práctica de la caridad y la reconciliación. Al rezar esta oración, recordemos que la Virgen María es nuestra madre celestial y siempre está dispuesta a escuchar nuestras súplicas y brindarnos consuelo.