Escrituras para la mente atormentada

Ellos siempre están buscando atacar el Reino de Dios y de acuerdo a Lucas 10:19 que dice “He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará”. Esto significa que Él nos ha dado la victoria total sobre ellos a través de Jesucristo nuestro Señor.

Los espíritus malignos son reales, la Biblia habla de ellos, son espíritus de enfermedad, están detrás de terribles enfermedades y dolencias. El trabajo del espiritu de enfermedad es traer enfermedades y dolencias a la vida de las personas; es su trabajo poner enfermedad en un hombre.

Hay espíritus de sordomudos. Ellos son responsables de la desobediencia y la infidelidad a Dios [Jueces 9:23]. Hay algunos hijos de Dios que son sordomudos, no escuchan las instrucciones. Existe lo que llamamos “vaso usado” y “vaso desperdiciado”. Dios puede darte la espalda porque eres sordo y no le escuchas. Hay algunos vasos especiales de Dios que no son sordos y son los que Dios esta preparando para el futuro. La pregunta es ¿a qué categoría perteneces?

Romper una maldición

¿Es posible que los espíritus malignos estén en la raíz de algunos de los problemas de salud mental de nuestros días? Como Iglesia, debemos abordar el lado espiritual de la salud mental, sin desequilibrarnos ni caer en extremos. Los siguientes extractos pertenecen al capítulo ocho de mi nuevo libro, Setting Captives Free.

Una de las formas específicas en que los demonios tratan de influir en las personas es atormentando y acosando. El Evangelio de Lucas describe a personas que son liberadas de este tipo de espíritus atormentadores: “Y descendió con ellos y se detuvo en un lugar llano con una multitud de sus discípulos y una gran multitud de gente de toda Judea y Jerusalén, y de la costa de Tiro y Sidón, que venían a oírle y a ser curados de sus enfermedades, así como los que estaban atormentados por espíritus inmundos. Y quedaban curados” (Lucas 6:17-18). Multitudes de personas acudían a Jesús de todas partes para ser curadas de enfermedades y liberadas de tormentos demoníacos. El libro de los Hechos registra un acontecimiento similar: “También de las ciudades vecinas se reunió una multitud en Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados por espíritus inmundos, y todos fueron curados” (Hch 5,16).

Oraciones católicas protección

Rompo todas las maldiciones habladas y hechizos que puedan haber sido realizados sobre mi vida y cualquier maldición resultante de la participación con la ouija, psíquicos, cartas del tarot, horóscopos, música secular, oa través de la televisión, el cine o la pornografía.

Yo rompo todas las maldiciones de mi familia, matrimonio, hijos y parientes. Yo rompo cada grillete, cadena, cordón, hábito, antojo, deuda, ataduras del alma y cualquier espíritu que ha tratado de robar, matar o destruir mi vida.

Ordeno que mi familia sea liberada. Rompo toda asignación demoníaca sobre mi familia. Satanás, ¡suéltalos ahora! En el nombre de Jesús. Según Gálatas 3:13, Cristo nos ha redimido de la maldición de la ley.

No estoy maldito, sino bendecido. Soy bendecido al entrar y al salir. Estoy arriba y no abajo. Soy la cabeza y no la cola. Soy bendecido y lo que Dios ha bendecido no puede ser maldecido. Soy libre y estoy salvado. Ahora he ejercitado mi fe y sé que la confesión es hecha para salvación (Romanos 10:9,10). Todos mis pecados han sido remitidos, y estoy libre de la maldición que vino como resultado de la desobediencia y rebelión a la Palabra de Dios.

Biblia de la guerra espiritual

¿Qué le dices a un hombre que lucha constantemente contra sentimientos de inferioridad, pensamientos de suicidio o que oye habitualmente voces que le dicen que es un perdedor que nunca estará a la altura como marido, padre, hijo o hijo de Dios?

¿Le dices que sólo necesita descansar? ¿Que es un desequilibrio químico? ¿Supones que es esquizofrénico porque dice que hay voces en su cabeza? ¿O puede que esta batalla sea algo más que fisiológico o psicológico?

“Karl, ¿crees que esto podría ser demoníaco?” He oído esta pregunta tantas veces que ya no presumo que la persona que habla sea neurótica o débil de voluntad. Esta pregunta inicial suele ir seguida de “No quiero que piense que estoy loco” o “Tengo miedo de que no me crea, pero…” o “Nunca le he dicho a nadie…1

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