Ordenación sacerdotal, Roma, 7 de mayo de 2022
Así como el matrimonio es una expresión particular de la vocación cristiana, también lo es la elección de ser ordenado. Esta forma de vida es elegida por muchos como una manera de realizar el plan de Dios para ellos. El Orden Sagrado es una llamada a difundir la Buena Nueva de Jesucristo. Es el sacramento por el que obispos, sacerdotes y diáconos son ordenados y reciben el poder y la gracia para desempeñar sus sagradas funciones.
El rito sagrado por el que se confieren las órdenes se llama Ordenación. Los apóstoles fueron ordenados por Jesús en la Última Cena para que otros pudieran compartir su sacerdocio. El rito esencial del sacramento del Orden para los tres grados consiste en la imposición de manos del obispo sobre la cabeza del ordenado y en la oración consagratoria específica del obispo pidiendo a Dios la efusión del Espíritu Santo y sus dones propios del ministerio al que se ordena al candidato. “Ordenación” viene de la palabra latina ordinatio, que significa incorporar a alguien a una orden.
En el sacramento del Orden, un hombre es incorporado al sacerdocio de Cristo, en uno de los tres niveles: el episcopado, el presbiterado o el diaconado. Cada nivel de ordenación confiere gracias especiales, desde la capacidad de bautizar, concedida a los diáconos; hasta la capacidad de actuar en la persona de Cristo para ofrecer la Misa, concedida a los presbíteros; pasando por una gracia especial de fortaleza, concedida a los obispos, que le permite enseñar y guiar a su rebaño, hasta el punto de morir como Cristo.
Ordenación sacerdotal del diácono Varghese Vettukuzhiyil (Alen)
Sacramento del OrdenLa misión de Cristo fue confiada a sus Apóstoles, quienes, a su vez, transmitieron sus deberes sagrados a los hombres que les sucedieron. Esta tradición de los Apóstoles se sigue aún hoy a través del Rito de la Ordenación. Ya sea diácono, presbítero u obispo, los tres son conferidos a la persona por la efusión del Espíritu Santo. Los diáconos se centran en el servicio en la Iglesia. Los sacerdotes son colaboradores de los obispos que participan en la celebración de los Sacramentos. A los obispos se les ha dado la plenitud del sacerdocio y pueden celebrar todos los Sacramentos de la Iglesia.
Si eres un soltero católico bautizado, puedes recibir este Sacramento. Sin embargo, no es un derecho, sino un privilegio. Por lo tanto, todos los candidatos deben ser entrenados y revisados por la Iglesia para ver si esto es verdaderamente un llamado de Dios. Sin embargo, la variedad de hombres que han discernido entrar en el seminario es muy variada. Por ejemplo, hasta los jugadores de béisbol se sienten atraídos por el sacerdocio.
Con la excepción del diaconado permanente, los hombres son normalmente elegidos entre aquellos que han vivido castos en el celibato y que pueden mantener ese compromiso durante toda su vida. Es un signo de singular devoción a la misión del Evangelio y de Jesucristo.
Ordenación e instalación del Obispo Jeffrey J. Walsh
Principio de la páginaSacerdocioEl Orden Sacerdotal es el sacramento mediante el cual la misión confiada por Cristo a sus apóstoles continúa ejerciéndose en la Iglesia hasta el final de los tiempos: es, por tanto, el sacramento del ministerio apostólico. Comprende tres grados: episcopado, presbiterado y diaconado.
La palabra orden designaba en la antigüedad romana un cuerpo civil establecido, especialmente un órgano de gobierno. Ordinatio significa incorporación a un ordo. En la Iglesia hay órganos establecidos que la Tradición, no sin base en la Sagrada Escritura, ha llamado desde antiguo taxeis (griego) u ordines. Así, la liturgia habla del ordo episcoporum, del ordo presbyterorum, del ordo diaconorum. Otros grupos reciben también este nombre de ordo: catecúmenos, vírgenes, esposos, viudas…
La integración en uno de estos cuerpos de la Iglesia se realizaba mediante un rito llamado ordinatio, un acto religioso y litúrgico que era una consagración, una bendición o un sacramento. Hoy la palabra “ordenación” se reserva al acto sacramental que integra a un hombre en el orden de los obispos, presbíteros o diáconos, y va más allá de una simple elección, designación, delegación o institución por parte de la comunidad, ya que confiere un don del Espíritu Santo que permite el ejercicio de un “poder sagrado” (sacra potestas) que sólo puede venir del mismo Cristo a través de su Iglesia. La ordenación se llama también consecratio, porque es una separación y una investidura de Cristo mismo para su Iglesia. La imposición de las manos por el obispo, con la oración consagratoria, constituye el signo visible de esta ordenación. (CCC 1536-1538)
Ordenación Sacerdotal// पावन पुरोहिताभिषेक// P. Ashit Toppo //14
El Orden sagrado es el sacramento mediante el cual la misión confiada por Cristo a sus apóstoles continúa ejerciéndose en la Iglesia hasta el final de los tiempos: es, por tanto, el sacramento del ministerio apostólico. Comprende tres grados: episcopado, presbiterado y diaconado.
La palabra orden designaba en la antigüedad romana un cuerpo civil establecido, especialmente un órgano de gobierno. Ordinatio significa incorporación a un ordo. En la Iglesia existen órganos establecidos que la Tradición, no sin base en la Sagrada Escritura,4 ha llamado desde antiguo taxeis (griego) u ordines. Así, la liturgia habla del ordo episcoporum, del ordo presbyterorum, del ordo diaconorum. Otros grupos reciben también este nombre de ordo: catecúmenos, vírgenes, esposos, viudas, …
La integración en uno de estos cuerpos de la Iglesia se realizaba mediante un rito llamado ordinatio, un acto religioso y litúrgico que era una consagración, una bendición o un sacramento. Hoy la palabra “ordenación” se reserva al acto sacramental que integra a un hombre en el orden de los obispos, presbíteros o diáconos, y va más allá de una simple elección, designación, delegación o institución por parte de la comunidad, ya que confiere un don del Espíritu Santo que permite el ejercicio de un “poder sagrado” (sacra potestas)5 que sólo puede venir del mismo Cristo a través de su Iglesia. La ordenación se llama también consecratio, porque es una puesta aparte y una investidura de Cristo mismo para su Iglesia. La imposición de las manos del obispo, con la oración consagratoria, constituye el signo visible de esta ordenación.