Oracion De Juan Pablo Ii Al Espiritu Santo Para Estudiar
Oraciones

Oración de juan pablo ii al espíritu santo para estudiar

Maria Asunción
Maria Asunción

Misa del Espíritu Santo

Combinación de oraciones de cuando el Papa Juan Pablo II encomendó personas y pueblos a la Virgen en la Jornada Jubilar por las Familias (2000):  Insegnamenti di Giovanni Paolo II, VII, 1 (Ciudad del Vaticano, 1984), 775-777.

Oh Madre de todos los hombres y de todos los pueblos, tú que conoces todos sus sufrimientos y sus esperanzas, tú que tienes conciencia materna de todas las luchas entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas, que afligen al mundo moderno, acoge el grito que, movidos por el Espíritu Santo, dirigimos directamente a tu corazón. Abraza con el amor de la Madre y Sierva del Señor, este mundo humano nuestro, que te confiamos y consagramos, pues estamos llenos de preocupación por el destino terrenal y eterno de las personas y de los pueblos.

Al presentarnos ante ti, Madre de Cristo, ante tu Corazón Inmaculado, deseamos, junto con toda la Iglesia, unirnos a la consagración que, por amor a nosotros, hizo de sí mismo tu Hijo al Padre: “Por ellos -dijo- me consagro a mí mismo, para que también ellos sean consagrados en la verdad” (Jn 17, 19). Queremos unirnos a nuestro Redentor en esta su consagración por el mundo y por el género humano, que, en su corazón divino, tiene el poder de obtener el perdón y de asegurar la reparación.

Oración en la Hora de la Misericordia | 28 de diciembre de 2022

Oh Espíritu Santo,te pido el don de la sabiduría,para entenderte y comprender mejor tu divina perfección.Te pido el don de la inteligencia,no profundices más,por el espíritu de los secretos con santa fe.Dame el don de la ciencia,para saber guiar mi vida según los principios de la fe. Dame el don del consejo, para que en todo lo que quiera hacer te pida consejo y lo encuentre siempre contigo.Dame el don de la fortaleza, para que ninguna debilidad ni poder terrenal me aleje de ti.Dame el don de la piedad, para servir a tu divina majestad con el amor de mis intenciones.Dame un don temeroso de Dios, para que no haya miedo ni consideración alguna que me separe de ti, Amén. San Juan Pablo II, ruega por nosotros

Abrazar el poder del Espíritu Santo | Escuchar la voz de Dios

Madre de Cristo, al Mesías Sacerdote le diste un cuerpo de carne por la unción del Espíritu Santo para la salvación de los pobres y contritos de corazón; custodia a los sacerdotes en tu corazón y en la Iglesia, oh Madre del Salvador.

Madre de la Iglesia, con los discípulos en el Cenáculo rogaste al Espíritu por el Pueblo nuevo y sus pastores; obtén para el Orden de los Presbíteros la plenitud de los dones, oh Reina de los Apóstoles.

Madre de Jesucristo, estuviste con Él al comienzo de su vida y de su misión, buscaste al Maestro entre la multitud, estuviste a su lado cuando fue levantado de la tierra consumido como el único sacrificio eterno, y tuviste cerca de ti a Juan, tu hijo; acoge desde el principio a los que han sido llamados, protege su crecimiento, acompaña a tus hijos en su vida y en su ministerio, oh Madre de los Sacerdotes.

3 señales que demuestran que tienes el espíritu santo

En nuestras reflexiones sobre el Credo de los Apóstoles, pasamos ahora de los artículos que se refieren a Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre para nuestra salvación, al artículo en el que profesamos nuestra fe en el Espíritu Santo. Al ciclo cristológico sigue el llamado pneumatológico. El Credo de los Apóstoles lo expresa concisamente con las palabras: “Creo en el Espíritu Santo”.

El Credo Niceno-Constantinopolitano lo desarrolla más extensamente: “Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo. Con el Padre y el Hijo es adorado y glorificado. Ha hablado por los profetas”.

  1. El Credo, la profesión de fe formulada por la Iglesia, nos remite a las fuentes bíblicas, donde la verdad sobre el Espíritu Santo se presenta en el contexto de la revelación del Dios Trino. La pneumatología de la Iglesia se basa en la Sagrada Escritura, especialmente en el Nuevo Testamento, aunque en cierta medida el Antiguo Testamento la prefigura.
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Oración de la puerta y protectora del hogar