Por los acordes de su dolorosa pasión
Te suplico, dulcísimo Señor Jesucristo, que tu Pasión sea para mí un poder con el que pueda ser fortalecido, protegido y defendido. Que tus llagas sean para mí alimento y bebida, con los que pueda nutrirme, embriagarme y regocijarme. Que la aspersión de tu Sangre sea para mí una ablución por todos mis pecados. Que tu muerte sea para mí vida eterna, y tu cruz gloria eterna. En ellos esté mi refrigerio, mi alegría, mi conservación y la dulzura de mi corazón. Que vivas y reines, por los siglos de los siglos. Amén.
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Por el bien de su dolorosa pasión que significa
Su Pasión Dolorosa Coronillas Bíblicas de la Divina Misericordia Autor: Christine Haapala Ilustraciones de Albrecht Durer En este libro de oraciones, la autora integra meditaciones de la Sagrada Escritura con las oraciones de la Coronilla de la Divina Misericordia. Hay dos Coronillas escriturísticas: una narra la Pasión de Jesús y la otra presenta los Siete Salmos Penitenciales. Las xilografías del artista católico del siglo XV, Alberto Durero, ilustran este libro. Libro complementario del CD de oraciones Tiempo de misericordia (783707668727)
Padre eterno oración por las almas
El término coronilla designa una sarta de cuentas o las cuentas que componen las 5 decenas de un rosario. De este modo, las coronillas han servido durante mucho tiempo para ayudar a los cristianos a contar las oraciones y practicar las devociones. La Coronilla de la Divina Misericordia es una devoción popular promovida por Santa María Faustina Kowolska, una monja polaca que vivió entre 1905 y 1938.
Las palabras de la Coronilla de la Divina Misericordia le fueron dadas a Santa Faustina en una visión ocurrida en septiembre de 1935. En su diario, Faustina relata una visión en la que vio a un ángel de Dios que venía a administrar el juicio divino sobre la tierra, seguido de una visión de la Santísima Trinidad. Conmovida por la visión de Dios, Faustina se encontró “…suplicando a Dios por el mundo con palabras escuchadas interiormente. Mientras rezaba así, vi la impotencia del Ángel: no podía cumplir el justo castigo que le correspondía por nuestros pecados. Nunca antes había orado con tanta fuerza interior como entonces. Las palabras con las que suplicaba a Dios eran éstas: Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo Nuestro Señor Jesucristo por nuestros pecados y los del mundo entero; por su dolorosa Pasión, ten piedad de nosotros”. (La Divina Misericordia en mi alma, Diario de Santa María Faustina Kowolska, #474-475)
Por su dolorosa pasión youtube
“Deseo que conozcas más profundamente el amor que arde en Mi Corazón por las almas, y lo comprenderás cuando medites en Mi Pasión. Invocad Mi misericordia en favor de los pecadores; Yo deseo su salvación. Cuando reces esta oración, con corazón contrito y con fe en favor de un pecador, le concederé la gracia de la conversión. Esta es la oración: Oh Sangre y Agua, que brotaste del Corazón de Jesús como fuente de Misericordia para nosotros, confío en Ti” (Diario 187).
“A las tres, implora Mi misericordia, especialmente por los pecadores; y, aunque sólo sea por un breve instante, sumérgete en Mi Pasión, particularmente en Mi abandono en el momento de la agonía. Esta es la hora de la gran misericordia para el mundo entero. Te permitiré entrar en Mi dolor mortal. En esta hora, no rehusaré nada al alma que Me haga una petición en virtud de Mi Pasión…” (Diario T. 51, p. 1320).
“…cuantas veces oigas el reloj dar la tercera hora, sumérgete por completo en Mi misericordia, adorándola y glorificándola; invocando su omnipotencia para el mundo entero (…). En esta hora puedes obtenerlo todo para ti y para los demás con sólo pedirlo; fue la hora de la gracia para el mundo entero: la misericordia triunfó sobre la justicia…”.