Preguntas sobre San Ignacio
El examen es una reflexión orante de los Ejercicios Espirituales que se ha convertido en una parte clave de la vida de los jesuitas y que puede tener un poderoso impacto en las vidas de aquellos que lo usan. Consiste en reservar un tiempo cada día (para Ignacio dos veces al día, a mediodía y al final de la jornada) para reflexionar en oración sobre los acontecimientos del día y dónde ha estado Dios en esos acontecimientos.
El examen es un ejercicio en la práctica de la atención a mi experiencia vivida y también en el arte del discernimiento: tomar conciencia de los modos en que Dios actúa en mi vida y decidirme a cooperar mejor con sus dones y su llamada.
El examen debería estar integrado en la vida de las escuelas jesuitas como un modo de animar a los alumnos y al personal a reflexionar sobre su experiencia y a explorar los modos en que Dios está presente en esa experiencia.
San Ignacio nos da una regla rápida para “probar” si algo es verdaderamente consolación o desolación: notando la fe, la esperanza y el amor en nosotros. Algo que es verdadera consolación se manifestará en un aumento de la fe (es decir, de la confianza en mí mismo, en mi familia, en mis compañeros y alumnos, en la sociedad en general y en Dios), un aumento de la esperanza (es decir, soy positivo, siempre veo lo mejor, aprovecho las pequeñas oportunidades que se me presentan, tengo un motivo para levantarme de la cama por la mañana) y un aumento del amor (es decir, trato con amor y compasión a los que me rodean, especialmente a los que me resulta difícil amar).
Examen comunitario
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Oración de examen
Acción de gracias: ¿De qué estoy especialmente agradecido en este día? ¿El regalo de un día más? ¿El amor y el apoyo que he recibido? ¿El valor que he reunido? ¿Algún acontecimiento que haya tenido lugar hoy? Petición: Estoy a punto de revisar mi día; pido la luz para conocer a Dios y conocerme a mí mismo como Dios me ve. Revisión: ¿Dónde he sentido hoy verdadera alegría? ¿Qué me ha preocupado hoy? ¿Qué me ha desafiado hoy? ¿Dónde y cuándo he hecho una pausa hoy? ¿He notado la presencia de Dios en algo de esto? Respuesta: A la luz de mi revisión, ¿cuál es mi respuesta al Dios de mi vida?
Alma de Cristo, santifícame. Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, fortaléceme. Oh Buen Jesús, escúchame. Dentro de tus llagas escóndeme. No permitas que me separe de ti. Del enemigo malvado, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame y pídeme que vaya a ti. Que con tus santos pueda alabarte. Por los siglos de los siglos. Amén.
Verbo eterno, Hijo unigénito de Dios, Enséñame la verdadera generosidad, Enséñame a servirte como mereces, A dar sin contar el coste, A luchar sin tener en cuenta las heridas, A trabajar sin buscar descanso, A sacrificarme sin pensar en ninguna recompensa, Salvo el conocimiento de que he hecho tu voluntad. Amén.
Examen diario
La oración del Examen es uno de los fundamentos de la oración ignaciana. San Ignacio decía que si no rezabas ninguna otra oración, al menos debías rezar el Examen una vez al día. Esta versión del Examen debe rezarse al final del día, dándote la oportunidad de reflexionar sobre el día con Dios a tu lado.
Tu deseo de rezar este examen indica un profundo deseo interior de conocer a Dios y conocerte a ti mismo de un modo más profundo. Este deseo indica la presencia de Dios en este momento, y el deseo de Dios de entrar en este tiempo de oración contigo. Pidamos al Espíritu Santo que ilumine este momento de oración… Por un momento, permítete ver a través de los ojos de Dios cómo Dios te permite entrar en su presencia, cómo Dios toma conciencia de ti y de todo lo que sientes, de todo lo que experimentas…
Puede que hoy hayas experimentado todo tipo de sentimientos y emociones, alegrías, penas, deleites y tristezas. A medida que continúes siendo consciente de que Dios es consciente de ti, descubrirás que Dios no sólo quiere conocer tus sentimientos, sino que quiere experimentarlos. Permite que Dios vea la mezcla de sentimientos que has experimentado hoy. Pueden surgir sentimientos específicos de hoy. Dios quiere experimentarlos de la misma manera que tú. Permíteselo.