Las oraciones de la madre de Agustín
En este día, fiesta de Santa Mónica, la madre de San Agustín, compartimos con ustedes un fragmento de la obra de Agustín Las Confesiones. Agustín, sumido en un profundo dolor por la muerte de su madre, deja por fin que sus emociones fluyan de su corazón. Escribe
Hay muchos momentos en que los padres se preocupan por el bienestar de su hijo o hija. A menudo, en esos momentos, un padre se pregunta si su guía y sus oraciones funcionarán en la vida de su hijo. La meditación de Agustín es un signo de esperanza para todas esas madres y padres preocupados por sus hijos, pues sus palabras revelan la poderosa influencia de un padre amoroso. Aunque quizá no lo veas hoy, pero la buena obra que estás haciendo por tus hijos fructificará en algún momento de sus vidas.
Oh Dios, que consuelas a los tristes y aceptaste misericordioso las lágrimas maternales de santa Mónica por la conversión de su hijo Agustín, concédenos, por intercesión de ambos, que nos arrepintamos amargamente de nuestros pecados y encontremos la gracia de tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. (Colecta del Misal Romano)
San Agustín y su madre
La mayoría de las santas de los primeros siglos de la Iglesia son vírgenes, mártires o ambas cosas. La mayoría de las santas medievales y modernas son monjas, sobre todo fundadoras de órdenes religiosas. Las santas casadas son relativamente raras. Con algunas excepciones contemporáneas, son madres de reyes, de emperadores o de otros santos canonizados. Santa Mónica es la madre de San Agustín. Creció en el seno de una familia católica en el norte de África, ya extinguido el cristianismo, probablemente en la pequeña ciudad de Tagaste, en la actual Argelia. Cuando Mónica nació, Tagaste ya era cristiana desde hacía más de doscientos cincuenta años. Así que, aunque desde una perspectiva actual nació en la antigüedad, justo después del Concilio de Nicea, la fe de su familia probablemente se remontaba a las primeras oleadas del cristianismo africano, mucho antes de Nicea.
Mónica tuvo al menos tres hijos: Navigio, Perpetua y su hijo mayor y más querido, Agustín. Ninguna madre puede reducirse a lo que significa para sus hijos, pero es exclusivamente gracias a su hijo Agustín que se sabe tanto sobre la vida de Mónica. Agustín parecía no parar nunca de escribir, y después de Dios y del propio Agustín, Mónica es el personaje central de su autobiografía, las Confesiones. Mónica está siempre preocupada y presente para Agustín. No le pierde de vista. Cuando Agustín se dispone a zarpar hacia Italia desde el puerto de Cartago, se sorprende al saber que su madre tiene la intención de viajar con él. Así que la engaña sobre la hora de salida del barco y se escapa sin ella. Pero ella insiste. Más tarde, le sigue a Roma y descubre que ha cambiado de vida. Entonces lo sigue a Milán, lo encuentra y se va a vivir con él y sus amigos. No es de extrañar que Agustín escribiera: “Le gustaba tenerme con ella, como a las madres, pero mucho más que a la mayoría de las madres”.
Oración de Santa Mónica
En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. Entró y le dijo: “Alégrate, tú que gozas del favor de Dios. El Señor está contigo’. Ella se sintió profundamente turbada por estas palabras y se preguntó qué podía significar este saludo, pero el ángel le dijo: ‘María, no temas; has ganado el favor de Dios.
Mira, vas a concebir en tu seno y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande y se llamará Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su antepasado; reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reinado no tendrá fin”.
María dijo al ángel: “Pero, ¿cómo puede suceder esto, si yo no conozco varón alguno? El ángel respondió: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Y así el niño será santo y se llamará Hijo de Dios.
Santa Mónica
Fiesta de San Agustín de Hiponapor Usuario desconocido el 2020-08-28T02:00:00+10:00 en Oración | ComentariosEl cambio de rumbo y la conversión al cristianismo de San Agustín de Hipona ha sido una inspiración para muchos que luchan por tomar las decisiones correctas en sus vidas.
Este famoso hijo de Santa Mónica (cuya fiesta se celebró ayer) nació en África y pasó muchos años de su vida tomando decisiones equivocadas. A pesar de ser uno de los hombres más inteligentes que han existido y de haber sido educado como cristiano, su modo de vida le impedía ver y comprender la Verdad Divina. Su madre rezó por su conversión y, aunque empezó a creer, no se convirtió al cristianismo. Al oír hablar de la conversión de otros, San Agustín creyó que había llegado el momento de cambiar su forma de ser y entrar en un estilo de vida religioso.
Se bautizó, se hizo sacerdote, obispo, famoso escritor católico, fundador de sacerdotes religiosos y uno de los mayores santos que han existido. También se hizo muy devoto y caritativo. En la pared de su habitación tenía escrita en grandes letras la siguiente frase: “Aquí no hablamos mal de nadie”. San Agustín superó fuertes herejías, practicó una gran pobreza y apoyó a los pobres, predicó muy a menudo y rezó con gran fervor hasta su muerte. “¡Demasiado tarde te he amado!”, clamó una vez a Dios, pero con su vida santa compensó sin duda los pecados cometidos antes de su conversión.