Oración inicial de la misa de hoy
Por favor, vean nuestra catequesis sobre lo que hace el sacerdote para prepararse a celebrar la Santa Misa, de modo que podamos ofrecer nuestras oraciones en unión con él mientras asciende al Calvario para volver a presentar el Sacrificio en la persona de Cristo Cabeza. Ofrecemos esta catequesis como una forma de comprender mejor lo que vivimos en la Misa.
También encima del altar se encuentra en su centro una imagen del Señor Crucificado, para recordarnos que en la Misa estamos ante el Calvario. Seis velas rodean la Cruz, todas ellas imágenes de la luz que proviene de la Resurrección, de modo que el altar arde con la luz de la gloria. En las solemnidades y fiestas, el altar puede adornarse aún más con flores o con las reliquias de los santos para añadir a la Iglesia un mayor sentido de alegría. Las velas son ordinariamente de cera de abejas, y están sin blanquear durante los tiempos penitenciales de Adviento y Cuaresma, y blanqueadas particularmente cuando el Santísimo Sacramento está expuesto para la adoración.
Siempre que el sacerdote va a celebrar la Misa, se prepara para la oración, con la oración. Se pone en presencia de Dios Todopoderoso y evoca la intención específica por la que va a celebrar la Misa. Aunque ahora son opcionales, era habitual que el sacerdote rezara una serie de salmos y oraciones para recordar lo sagrado de esta acción y lo indigno que es de ejercer su ministerio en el altar. Cuando está preparado, entra en la sacristía, la sala de los preparativos para el culto sagrado. Se lava las manos y reza: Da fuerza a mis manos, Señor, para limpiar toda mancha, para que pueda servirte en pureza de mente y cuerpo. El sacerdote de la Nueva Alianza es el heredero del cumplimiento de los sacrificios de la Antigua Ley, y por eso se lava las manos antes de ofrecer el sacrificio, igual que los sacerdotes y levitas judíos realizaban rituales de purificación con agua antes de esta obra ofrecida en nombre del pueblo, que es lo que significa la palabra griega liturgia.
Oración antes de misa san ambrosio
Por la gracia de Dios, he sido católico toda mi vida y, durante estas décadas, he conocido y observado a muchos sacerdotes en el ejercicio de sus funciones. Una de las diferencias más fascinantes entre ellos es cómo se comportan antes y después de la Misa. Tardé mucho tiempo en darme cuenta del gran impacto que esto puede tener para bien o para mal.
Tomemos como punto de partida una maravillosa línea del Código de Derecho Canónico. El canon 909 dice: “El sacerdote no debe omitir el deber de prepararse con la oración antes de la celebración de la Eucaristía, ni omitir después la acción de gracias a Dios”.
Arrancándonos del mundo secular y, por tanto, de la tentación del inmanentismo, [los ritos litúrgicos] tienen el poder de sumergirnos de golpe en el Misterio y abrirnos a lo Trascendente. En este sentido, nunca se insistirá bastante en la importancia del silencio que precede a la celebración litúrgica, un nártex interior, donde nos liberamos de las preocupaciones, aunque sean legítimas, del mundo secular, para entrar en el espacio y el tiempo sagrados donde Dios revelará su Misterio; nunca se insistirá bastante en la importancia del silencio en la liturgia para abrirse más fácilmente a la acción de Dios; y nunca se insistirá bastante en la conveniencia de un tiempo de acción de gracias, integrado o no en la celebración, para aprehender el alcance interior de la misión que nos espera una vez de vuelta en el mundo.
Oración antes de misa santo tomás
Las oraciones de esta sección forman parte de la preparación de los sacerdotes antes de la celebración del Sacrificio eucarístico. Además de la Fórmula de intención, pueden ser utilizadas también por los laicos, con las modificaciones oportunas cuando sea necesario.
Oh Santísima Virgen María, Madre de ternura y de misericordia, yo, miserable e indigno pecador, acudo a ti con todo el afecto de mi corazón y te suplico, por tu amor materno, que, como estuviste junto a tu amadísimo Hijo, colgado de la cruz, así, con tu bondad, que te plazca estar a mi lado, pobre pecador, y al de todos los sacerdotes que hoy ofrecen el Sacrificio en este lugar y en toda la santa Iglesia, para que con tu bondadosa ayuda ofrezcamos una oblación digna y agradable a los ojos de la altísima e indivisa Trinidad. Amén.
Mi intención es celebrar la Misa y consagrar el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo según el Rito de la Santa Iglesia Romana, para alabanza de Dios todopoderoso y de toda la Iglesia triunfante, por mi bien y el de toda la Iglesia militante, por todos los que se han encomendado a mis oraciones en general y en particular, y por el bien de la Santa Iglesia Romana. Amén.Que el Señor todopoderoso y misericordioso nos conceda la alegría con la paz,la enmienda de vida,el espacio para el verdadero arrepentimiento,la gracia y el consuelo del Espíritu Santo y la perseverancia en las buenas obras.Amén.
Oración después de misa
¿Sabía que la Iglesia da a los sacerdotes que celebran la Misa varias oraciones para que las digan en voz baja, de modo que pocos (o nadie) en la iglesia las oigan? Que la gran belleza de estas oraciones informe e inspire tu propia devoción en la Santa Misa.
- “Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que, por voluntad del Padre y obra del Espíritu Santo, con tu muerte diste vida al mundo, líbrame por éste, tu Santísimo Cuerpo y Sangre, de todos mis pecados y de todo mal; guárdame siempre fiel a tus mandamientos, y no permitas que me separe jamás de ti.”