¿En qué momentos se puede recitar la Magnífica o el cántico de María? El Magnificat, conocido también como la Magnífica, es un cántico del Evangelio que se puede entonar individualmente, como una oración matutina o vespertina para honrar a la Virgen María, o como parte de la liturgia de las horas.
Ponte en presencia agradecida del señor y reza la siguiente oración:
Magnificat o Magnífica
Proclama mi alma
la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios,
mi salvador;
porque ha mirado la humillación
de su esclava.
Desde ahora me felicitarán
todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho
obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
–como lo había prometido a nuestros padres–
en favor de Abrahán
y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo,
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.
¿Qué enseña el Magníficat?
El Magníficat es un himno de alabanza a Dios que Lucas atribuye a María de Nazaret. Es una canción “pascual” que expresa gratitud a Dios por su capacidad de elevar a los humildes. De la misma manera que Dios resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos, protege al pueblo elegido y ha realizado maravillas en la madre del Mesías.
Qué es la oración La magnífica
La oración de la Magnífica, también conocida como el cántico de María, es una oración católica que proviene directamente del Evangelio según San Lucas (1:42-55). Según el relato bíblico, la Virgen María, quien estaba embarazada de Jesús, visitó a su prima Santa Isabel. Cuando entró en la casa de Zacarías e Isabel, esta última fue llena del Espíritu Santo y expresó una hermosa y poderosa oración a María, que es conocida como el Magníficat.