Oracion Milagrosa A San Sebastian
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Oración milagrosa a san sebastián

Maria Asunción
Maria Asunción

Estampa de San Sebastián

El Señor Jesús, a quien sirvo, me ha resucitado, por así decirlo, de entre los muertos, con este mismo propósito, para que una vez más pueda reunirme con vosotros, y protestar, en presencia de todo el pueblo aquí reunido, que sois culpables de la más cruel injusticia, cuando perseguís a Sus siervos, que sabéis que son inocentes. Arrepentíos, pues, de vuestros crímenes antes de que sea demasiado tarde. ~Las Actas de los Primeros Mártires, Fastré S.J.

La gloriosa corona del martirio fue colocada sobre la cabeza de San Sebastián no una, sino dos veces. Nació en Narbona, Galia (actual Francia), pero se crió en Milán, Italia. Durante su infancia, la persecución de los cristianos se detuvo temporalmente, pero se reanudó cuando Sebastián llegó a la adolescencia. Sebastián era un cristiano fuerte que deseaba ayudar a los perseguidos por la fe. Este santo deseo llevó a Sebastián a unirse al ejército romano bajo el mando del emperador Carino en 283, donde mantuvo su fe cristiana en secreto para poder tener acceso a los cristianos encarcelados. En 284, Diocleciano se convirtió en emperador y nombró a Sebastián uno de sus guardaespaldas y oficiales de inteligencia, sin saber que Sebastián era cristiano. Poco después de este ascenso, Sebastián descubrió que Marco y Marcelo, hermanos encarcelados por su fe, estaban siendo presionados por su familia y amigos paganos para salvar sus vidas renegando de Cristo. Sus propios padres paganos suplicaron, con lágrimas en los ojos, a sus hijos gemelos que renegaran de Cristo.

Oración a san sebastián para que tenga valor

Glorioso Sebastián, mártir y santo, invoco tu fuerza y tu valor para que me ayudes a superar esta difícil prueba. Tu fe era tan profunda, que una multitud de flechas no pudieron acabar contigo.Las heridas punzantes infligidas por tu fe sólo sirvieron para fortalecer tu creencia. Que intercedas por los que están debilitados por los efectos de la enfermedad. Pido tu intercesión para que yo también pueda sobrevivir a lo que amenaza con destruir mis creencias en la misericordia de Cristo. Amén.

Glorioso Sebastián, mártir y santo, invoco tu fuerza y tu valor para que me ayudes a superar esta difícil prueba. Tu fe era tan profunda, que una multitud de flechas no pudieron acabar contigo.Las heridas punzantes infligidas por tu fe sólo sirvieron para fortalecer tu creencia. Que intercedas por los que están debilitados por los efectos de la enfermedad. Pido tu intercesión para que yo también pueda sobrevivir a lo que amenaza con destruir mis creencias en la misericordia de Cristo. Amén.

Glorioso Sebastián, mártir y santo, invoco tu fuerza y tu valor para que me ayudes a superar esta difícil prueba. Tu fe era tan profunda, que una multitud de flechas no pudieron acabar contigo.Las heridas punzantes infligidas por tu fe sólo sirvieron para fortalecer tu creencia. Que intercedas por los que están debilitados por los efectos de la enfermedad. Pido tu intercesión para que yo también pueda sobrevivir a lo que amenaza con destruir mis creencias en la misericordia de Cristo. Amén.

Citas de San Sebastián

Por: Thomas M. LandyEn los días previos al 20 de enero, varias iglesias del centro de Kerala bullen de actividades en honor de San Sebastián. Para muchos católicos de la región, y también para algunas personas de otras religiones, San Sebastián es considerado el intercesor celestial más poderoso de todos. Sus oraciones se consideran más eficaces que las dirigidas a Jesús y María. Por ello, sus fiestas parroquiales son de las más elaboradas en Kerala, donde las fiestas parroquiales anuales son una parte muy importante de la vida religiosa de la gente.

Resulta fascinante por qué, entre todos los santos posibles, un mártir-santo romano de los primeros tiempos goza de ese estatus, sobre todo en las iglesias siro-malabares (más que en las de rito latino), en zonas donde se dice que evangelizó el propio apóstol Tomás1.

Un hombre de otra ciudad recordaba que en su parte de Kerala, al norte de Kochi, la devoción a San Sebastián empezó a celebrarse con especial vigor durante su infancia, en 1953, en medio de un terrible brote de viruela. Los sacerdotes, recuerda, sacaron una imagen de San Sebastián, que había sido conocido como patrón durante la peste europea, y le pidieron que intercediera. Muy pronto el brote remitió por completo. El hombre identificó esa experiencia como la fuente de una devoción especialmente fuerte en los pueblos de los alrededores de Kochi. La viruela se erradicó hace tiempo, pero la devoción al santo sigue siendo muy fuerte. No está claro si es por la misma razón, pero la devoción a San Sebastián es muy fuerte en otras zonas de Kerala, como Arthunkal, Athirampuzha, Bharananganam y Veli, mucho más al sur.

Oración a san sebastián por la curación

San Sebastián (en latín: Sebastianus; Narbo, Gallia Narbonensis, Imperio Romano c. 255 d.C. – Roma, Italia, Imperio Romano c. 288 d.C.) fue un santo y mártir de los primeros cristianos. Según la creencia tradicional, fue asesinado durante la persecución de los cristianos por Diocleciano. Al principio lo ataron a un poste o a un árbol y le dispararon flechas, pero no lo mataron. Según la tradición, fue rescatado y curado por Santa Irene de Roma, que se convirtió en un tema popular en la pintura del siglo XVII. En todas las versiones de la historia, poco después de su recuperación se dirigió a Diocleciano para advertirle de sus pecados y, como consecuencia, fue apaleado hasta la muerte[1][2] Es venerado en la Iglesia católica y en la ortodoxa.

El registro más antiguo de los detalles del martirio de Sebastián se encuentra en la Cronografía de 354, que lo menciona como mártir, venerado el 20 de enero. También se le menciona en un sermón sobre el Salmo 118 del obispo del siglo IV Ambrosio de Milán (San Ambrosio): en su sermón, Ambrosio afirmó que Sebastián procedía de Milán y que ya era venerado allí en aquella época. El relato completo de su martirio procede de la Passio Sancti Sebastiani, un texto del siglo V escrito por un autor anónimo, posiblemente Arnobio el Joven.

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