Oración Contra Espíritus Malignos | Quitar, Deshacerse, Alejar, Alejar
El mal de ojo es una maldición que se propaga a través de la vista, generalmente por una bruja o un mago que mira intensamente a los ojos de alguien. Pero también ocurre que el autor sea una persona normal y puede que ni siquiera sea consciente de que ha maldecido a alguien. Para colmo, la víctima habitual es un niño inocente.
Este tipo de maldición es conocido en todo el mundo por culturas y civilizaciones tan distantes que rara vez, o nunca, interactuaron en el pasado, como las civilizaciones sudamericanas y la antigua China. Así que, aunque a los materialistas modernos les gustaría restar importancia al mal de ojo por considerarlo una superstición premoderna, merece la pena preguntarse cómo se convirtió en una creencia tan extendida si todo es una ilusión.
Los síntomas del mal de ojo pueden manifestarse como diversas dolencias mentales y físicas, así como “mala suerte” que empieza a suceder a la víctima de la nada y sin motivo justificable. El miedo, la ansiedad y la somnolencia también son síntomas comunes.
Afortunadamente, siglos de experiencia han dado lugar a métodos mágicos protectores que pueden curar el mal de ojo por completo. Uno de los métodos más potentes y sencillos es la oración y la invocación. Rezar a un dios e invocar a un ángel o a un demonio para que nos proteja son opciones válidas, siempre y cuando esta fuerza superior sea capaz de influir en la realidad para ayudarnos y esté dispuesta a escuchar nuestras súplicas.
Oración de protección contra las malas intenciones, los malos ojos
Querido Padre, Tú eres como un ala que cobija a mis hijos, fuerte con la protección, suave con la gracia. Eres como un escudo que los rodea cada día. Ellos corren libres y Tú estás con ellos mientras se aventuran. Eres como una corona colocada sobre sus cabezas, símbolo de filiación, de pertenencia y de su adopción en tu familia. Señor, los pongo bajo tu gran cuidado y declaro que son tuyos. Amén.
Señor Dios, te pido tu protección al comenzar este día. Tú eres mi escondite, y bajo tus alas siempre puedo encontrar refugio. Protégeme de los problemas dondequiera que vaya, y aleja de mí el mal. Esté donde esté, Te buscaré como mi Protector, el que lucha por mí cada día. Tu amor y tu fidelidad, junto con tu bondad y tu misericordia, me rodean a diario, por lo que no temeré lo que pueda venir contra mí. Mi confianza está en Ti, Dios, y te doy gracias por Tu amor y protección. En el nombre de Jesús, Amén.
Concede, Señor, tu protección y en la protección, la fortaleza. Y en la fuerza, el entendimiento. Y en la comprensión, el conocimiento. Y en el conocimiento, el conocimiento de la justicia. Y en el conocimiento de la justicia, el amor a ella. Y en el amor a ella, el amor a todas las existencias. Y en ese amor, el amor del espíritu y de toda la creación.Amén.
Oración contra el mal de ojo – Dua que protegerá
¿Así que el mal de ojo es real? ¡Si! El Profeta salallahu ‘alayhi wa sallam dijo: El mal de ojo es real, y si algo sobrepasara el decreto divino (al-qadar) sería el mal de ojo [Muslim] ¡Aprendamos sobre el significado del mal de ojo y las formas de protegerse y proteger su productividad in shaa Allah!
La palabra árabe al-‘ayn (traducida como el mal de ojo) se refiere a cuando una persona daña a otra con su ojo. Comienza cuando a la persona le gusta una cosa, entonces sus malos sentimientos la afectan por medio de su mirada repetida al objeto de sus celos.
No es por nada que Allah enseñó a Su Profeta a buscar refugio en Él del mal del envidioso en una surah que deberías usar tú mismo para protegerte: Wa min sharri haasidin idhaa hasad- Y del mal del envidioso cuando envidia… [Quran.113:5]
Todo el que echa el mal de ojo a otro es envidioso, pero no todo envidioso echa el mal de ojo a otro. La palabra haasid (envidioso) tiene un significado más general que la palabra ‘aa’in (el que echa el mal de ojo a otro), por lo que buscar refugio en Allah del que envidia incluye buscar refugio en Él del que echa el mal de ojo a otro. El mal de ojo es como una flecha que sale del alma del que envidia y del que pone el mal de ojo en otro hacia el que es envidiado y sobre el que se pone el mal de ojo; a veces le da y a veces falla. Si el blanco está expuesto y desprotegido, le afectará, pero si el blanco es precavido y está armado, la flecha no tendrá ningún efecto e incluso puede volverse contra el que la lanzó [Ibn al Qayyim, Zaad al-Ma’aad].
Oración contra todo mal – Muy poderosa
Aquel año nada iba bien. Mi marido acababa de cambiar de profesión en plena recesión y estábamos arruinados. Aunque mi primera novela había sido publicada y bien recibida, todo lo que había escrito desde entonces se había convertido en polvo.
Una de mis hijas había contraído una enfermedad rara, manejable y curable, pero lo bastante grave como para que nos pareciera una plaga y nos quitara el kishke de atenderla. Encima, todo en la casa se rompía. Las tuberías reventaban a diestro y siniestro, e incluso el retrete se atascaba cada tres veces que se tiraba de la cadena. Cuando ni siquiera puedes contar con que tu inodoro tire de la cadena, el mundo parece negro.
¿Mal de ojo? Claro que había oído hablar de él. Mi madre, de Casablanca, Marruecos, era supersticiosa. Su madre, mi abuela Estrella, era aún más supersticiosa. Creían en fuerzas ocultas que les arrebatarían un coche nuevo, ascensos laborales, su buena apariencia y talento, o tal vez impedirían que les llegaran cosas felices. Un cumplido al azar, alguien que presumía de su nuevo bebé… todo ello provocaba por reflejo murmullos de “¡Keyn’e hore!” (sin mal de ojo), seguidos de gritos de “¡A-willee, a-willee!”. No me gustó nada este vudú.