Oración latina de protección
Entrevistado por ACI Prensa, la agencia de noticias hermana de CNA en español, el Padre Francisco Torres Ruiz, sacerdote de la Diócesis de Plasencia en España y encargado del ministerio de exorcismo, dijo que muchas personas se preguntan “si es mejor utilizar el ritual de exorcismo de 1614, reformado por el Papa Pío XII en 1952; [se preguntan] si es mejor y más eficaz que el ritual promulgado por San Juan Pablo II en el año 2000”.
“En primer lugar”, dijo el sacerdote, que también es profesor de liturgia, es importante “establecer un principio teológico: el exorcismo es una celebración sacramental de la Iglesia y, por tanto, recibe su eficacia de la oración y la fe de la Iglesia.”
“Los sacramentos son signos externos que comunican la gracia, que son eficaces por sí mismos, porque su eficacia proviene del mismo Jesucristo, que es quien los instituyó, y no son ni más ni menos que siete, como dijo el Concilio de Trento”, explicó el sacerdote.
“Los sacramentales, por su parte, son signos visibles, estructurados a imitación, en una cierta semejanza, de los sacramentos, en cuanto son palabras y signos, pero que han sido instituidos por la Iglesia y su eficacia no es ex opere operato, como por ejemplo un sacramento, sino que es ex opere operantis, es decir, por la fe y la oración de la Iglesia, que está empeñada en ellos y comprometida en estas acciones”, dijo.
Oración para exorcizar demonios
Se supone que llegar al Infierno es fácil. Sin embargo, si se hace un repaso a la cultura popular, parece una tarea bastante difícil. Una parte no desdeñable de esta dificultad es la necesidad de saber latín para llegar allí.
Al principio de la Tragedia del Dr. Fausto, de Christopher Marlowe, encontramos a Fausto en su estudio extasiado con los tipos de aprendizaje disponibles para los simples humanos. Abriendo libros de teología, medicina y derecho, los desecha y, tras afirmar que los Analíticos de Aristóteles le habían cautivado, cambia de rumbo y dice que son la magia y la nigromancia las que ocupan su alma.
Tal vez deberíamos inclinarnos más a pensar que su famoso pacto ya había sido alcanzado para dotarle del tipo de polimatía heroica que podría abarcar tres temas tan dispares y aparentemente interminables. Pero Fausto está cansado de lo meramente humano, y decide consultar con Cornelius y Valdés, dos diletantes de lo demoníaco, sobre el procedimiento para invocar espíritus del Infierno. Estos dos personajes le dotan de los conocimientos de prestidigitación necesarios, pero sorprende que alguien con una erudición aparentemente tan ilimitada necesite ayuda para iniciarse en este arte. No obstante, le proporcionan la fórmula de conjuro necesaria y, más tarde que de noche, Fausto gasta una buena cantidad de aliento en su invocación en latín de Mefistófeles:
Exorcismo supernatural
ignorancia o irreflexión, por ira o inconsciencia, por miedo a ser considerado diferente o a ser criticado. Soy consciente y rechazo todo el mal que he hecho y que he causado a toda la sociedad. De manera especial, rechazo las acciones espiritualmente contaminantes de las blasfemias, las falsas promesas y juramentos, la usura, el retraso injusto de los pagos, las injusticias, los favoritismos, las sesiones espiritistas y todas las prácticas ocultas. Cristo, el Salvador, sálvame por el poder de Tu Cruz. Amén.
P. Gabriel Amorth – El Diablo me TemeVolver al principioConsagración a María para la ClausuraConsagración a María para la Clausura del “Tercer Ojo Oculto “Esta oración es muy eficaz, según la fe y la sinceridad de cada uno, para eliminar la vulnerabilidad psíquica de las personas al mundo preternatural de los espíritus inmundos, tanto si esta vulnerabilidad fue alcanzada por prácticas ocultas y/o por espíritus de lo oculto descendientes de antepasados que se dedicaron a la brujería y a la hechicería.
Oh Inmaculada y Amantísima Virgen María, Madre de Dios y Madre mía, que estuviste presente en la crucifixión y muerte de tu Hijo Jesús en la colina del Calvario, ten piedad de mí, tu hijo (tu hija). Ten piedad de este pobre y doliente cuerpo mío acosado y reprimido por el Maligno. Por los méritos de tus dolores, concédeme alivio y consuelo. Cierra ahora mis capacidades psíquicas que he obtenido por el poder de los demonios. Renuncio a estas capacidades psíquicas y me entrego totalmente a ti. Me consagro a ti. Me ofrezco a ti. Escucha mis súplicas, queridísima Madre y Reina. Por el amor que tienes a tu Hijo Jesús que me ha confiado a tus cuidados maternales. Amén.
Oración de maldición en latín
Acabo de asistir a una charla del exorcista de la diócesis de San José, el padre Gary Thomas. Es el protagonista de un libro y de una película titulada El rito, protagonizada por Anthony Hopkins. (La charla fue organizada por un grupo llamado Catholics at Work).
En primer lugar, fue un gran orador. Describió cómo, casi por accidente y tras 20 años como párroco, fue enviado a Roma para aprender a realizar el rito del exorcismo. Fue muy claro al decir que, en su opinión, el reciente aumento del interés por el paganismo de la Nueva Era ha abierto la puerta a la adhesión a lo oculto a un mayor número de personas que antes, lo que a su vez abre el camino a la posesión diabólica. Siempre ha estado inundado de peticiones, incluso antes de la publicidad.
El hecho de que describiera estas cosas más o menos de la misma manera directa y práctica en que uno podría describir lo que ocurre en un matrimonio o en un bautizo en una clase de RICA en una parroquia, sólo sirvió para reforzar la verdad de todo esto para mí. Y yo diría que, si hay algo que puede aumentar la fe, es escuchar los relatos de cómo la Iglesia supera los efectos de la posesión por el diablo y los demonios, y el sufrimiento de los pobres que se ven afectados por ellos.