Oración diaria a Santa Rita de Casia
Oh Santa Patrona de los necesitados, Santa Rita, cuyas súplicas ante tu Divino Señor son casi irresistibles, que por tu prodigalidad en conceder favores has sido llamada la Abogada de los desesperados e incluso de los Imposibles.
Santa Rita, tan humilde, tan pura, tan mortificada, tan paciente y de amor compasivo por tu Jesús Crucificado, que pudiste obtener de él cuanto pediste, por lo cual todos recurren confiadamente a ti, esperando, si no siempre alivio, al menos consuelo; Sé propicio a nuestra petición, mostrando tu poder ante Dios en favor de tu suplicante; sé generoso con nosotros, como lo has sido en tantos casos maravillosos, para mayor gloria de Dios, para difusión de tu propia devoción y para consuelo de los que confían en ti.
Rita nació en el año 1381 en el pueblo de Roccaporena, cerca de Cascia, Italia. Sus padres, Antonio y Amata Lotti, consideraron su nacimiento como un regalo muy especial de Dios, pues Rita les nació cuando ellos ya estaban avanzando en edad. Al día siguiente de su bautismo, Rita fue rodeada por un enjambre de abejas blancas, que entraban y salían de su boca infantil sin hacerle daño. En lugar de alarmarse, su familia creyó que estaba marcada para ser virtuosa y devota de Dios. De niña, Rita visitaba con frecuencia el convento de las monjas agustinas de Casia y soñaba con entrar algún día en su comunidad. A una edad muy temprana, suplicó a sus padres que le permitieran entrar en un convento, pero en lugar de ello se dispuso su matrimonio con un hombre cruel llamado Paolo Mancini. Rita aceptó la decisión de sus padres, convencida de que era la voluntad de Dios para ella. La joven Rita se convirtió en esposa y madre con sólo doce años y su marido era un hombre de temperamento violento. Cuando se enfadaba, solía maltratar a Rita verbal y físicamente. También era conocido por perseguir a otras mujeres y tenía muchos enemigos.
Novena a santa rita para casos imposibles
A la edad de 76 años, Santa Rita agonizaba en pleno invierno. Santa Rita había pedido una rosa del jardín del monasterio a una monja que estaba arrodillada junto a su cama. La monja pensó que Rita deliraba, pero para complacerla, fue al jardín. Para su asombro, la monja encontró rosas floreciendo en pleno invierno. Por eso, a menudo se la representa con una rosa en la mano.
Murió el 22 de mayo de 1457, a la edad de 76 años. La gente acudió en masa al convento para rendirle homenaje. Se produjeron innumerables milagros por su intercesión y la devoción se extendió por todas partes. Su cuerpo se conservó incorrupto durante varios siglos y a veces desprendía una dulce fragancia. Gran parte de su cuerpo sigue incorrupto, incluida la frente, donde se puede ver la herida. Hoy se encuentra en un ataúd de cristal sellado en la iglesia de San Agustín de Cascia (Italia), donde los peregrinos acuden a rezar y pedir un milagro. A lo largo de los años, la gente ha acudido a ella cuando todo parecía fallar. Por eso se la conoce cariñosamente como “La Patrona de los casos desesperados”.
Rezar para que suceda lo imposible
Santa Rita vivió en una época en la que las rencillas y rivalidades familiares eran moneda corriente y a menudo desembocaban en violencia y venganza. Su propio marido fue víctima de un asesinato, y sus hijos, como era tradición en la época, buscaron venganza por la muerte de su padre. Santa Rita rezó para que sus hijos murieran antes que poner en peligro su salvación cometiendo un pecado mortal. Ambos sucumbieron a una enfermedad mortal antes de poder vengarse. Tras perder a su marido y a sus hijos, Rita siguió la llamada a la vida religiosa, pero se le impidió entrar porque su familia había formado parte de la terrible disputa y su ingreso en el convento podría haber causado resentimientos. Actuando como pacificadora, Rita curó proactivamente las heridas entre las dos familias enfadadas, entró en el convento y vivió la Regla de San Agustín. Durante 15 años antes de morir, a partir de un Viernes Santo, compartió el dolor físico de Cristo y su corona de espinas a través de la aparición sobrenatural de una sola espina y su herida abierta en la frente. Su cuerpo, casi 500 años después, sigue incorrupto en su lugar de descanso.
Novena de oración por Santa Rita
Oh Dios, que te dignaste conceder a Santa Rita tal gracia que amó a sus enemigos y en su corazón y en su frente llevó los signos de Tu Caridad y de Tu Pasión. Te suplicamos, por sus méritos y su intercesión, que nos concedas la gracia de perdonar a nuestros enemigos y de meditar en los dolores de Tu Pasión, para que alcancemos el premio prometido por Ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Oh Dios, autor de la paz y amoroso guardián de la caridad, mira con bondad y misericordia a nuestra familia. Mira, Señor, cuántas veces está en discordia y cómo se aleja de ella la paz. Ten piedad de nosotros. Haz que vuelva la paz, pues sólo Tú puedes concedérnosla.
Oh Jesús, Rey de la Paz, escúchanos por los méritos de María Santísima, Reina de la Paz, y también por los méritos de tu fiel sierva, Santa Rita, a quien enriqueciste con tanta caridad y dulzura que fue ángel de paz dondequiera que veía discordia. Y tú, querida Santa, ruega por nosotros para que obtengamos esta gracia del Señor sobre nuestra familia y sobre todas las familias en dificultad. Amén.