San Juan

DATOS

Autor: Francisco Sánchez Araciel, Planes Peñalver y Carrillo Marco
Año: 1880 y 1940
Trono: José Izquierdo (1880) y Manuel Juan Carrillo Marco (1957)
Lugar de Culto: Basilica de Ntra. Sra. de la Asunción.
Cofradía:

Cofradía de Cofradía de San Juan Evangelista
PROCESIONES
Traida de los Santos
Procesión del Santo Entierro
Procesión del Resucitado
MÚSICA
  • San Juan, Marcha nº 1 – Marcha de Procesión – Antonio León Piñera (f.s. XIX)
  • San Juan, Marcha nº 2 – Marcha de Procesión – Antonio León Piñera (f.s. XIX)
  • San Juan – Pasodoble ciezano – Antonio León Piñera (f.s. XIX)
  • San Juan, el descípulo amado – Marcha de Procesión – Francisco García Alcázar (2015)

RESEÑA HISTÓRICA

En 1880, Francisco Sánchez Araciel realizará para la recién fundada cofradía de San Juan una imagen del apóstol similar a la que realizó Salzillo para la Cofradía de Jesús de Murcia. Esta imagen se veneraría durante décadas en la ermita del Santo Cristo, donde fue destruida en agosto de 1936. Sería reconstruida en 1940 por José Planes a partir de la cabeza de la original, la cual se pudo salvar. Las manos y pies las realizaría Manuel Juan Carrillo. Representa a San Juan de pie, en actitud de caminar. Con la mano derecha se recoge los ropajes y con la mano derecha señala el camino hacia el Señor. Las ropas están realizadas con estofas de estilo barroco y la mano con la que se recoge la túnica hace las veces de sostén de la palma que lleva en procesión.
Actualmente, desfila en las procesiones del Santo Entierro y Resucitado, además de protagonizar su popular traslado la tarde de Miércoles Santo, dejando de hacerlo a principios de este siglo en la del Penitente y a partir de 2010 en la General. Lo hace sobre un trono de Salón obra de José Izquierdo en 1880 y restaurado y enriquecido por Manuel Juan Carrillo en 1957, el cual realizará unos nuevos brazos de luz y las águilas que adornan los jarrones.
Los primeros versos de su popular himno-pasodoble hacen referencia a su localización en una capilla de la ermita del Santo Cristo, estando el santo un tanto inclinado y teniendo frente a él una imagen de San Rafael con los brazos abiertos, como si fuera a recoger al Discípulo Amado cuando cayera. Este cántico se utilizó, según la tradición oral, en la posguerra para diferenciar a los habitantes de Cieza.

  Cieza se reencontró con su Patrona

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