Advertencias y mensajes proféticos de la Virgen María
El Papa Francisco acudió este jueves a la Plaza de España de Roma para su habitual acto de veneración a la Virgen, en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción que la Iglesia celebra litúrgicamente el 8 de diciembre.
Al rezar a la Virgen, el Papa recordó que, después de dos años, vuelve a ella y, dijo, “te traigo el agradecimiento y las súplicas de todos tus hijos, cercanos y lejanos”. El Papa trajo las acciones de gracias de los jóvenes, de los ancianos y de las familias, y rezó por la paz en Ucrania, deteniendo incluso su oración al derramar una lágrima al pensar en esa tierra convulsa. También presentó las oraciones de los jóvenes por el futuro, y de los matrimonios jóvenes, que buscan inspiración en la Santísima Virgen María y en San José.
El Papa concluyó su oración, “mirándote a ti, que estás sin pecado”, con la esperanza de que podamos “seguir creyendo y esperando que el amor venza al odio, que la verdad venza a la mentira, que el perdón venza a las ofensas, que la paz venza a la guerra”.
Antes, camino de la Columna de la Inmaculada Concepción, el Santo Padre rezó en silencio ante el icono Salus Populi Romani, en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma. El icono de la Virgen recuerda cómo el pueblo de Roma se salvó de una plaga mortal.
Participar en el milagro de la unidad de los últimos tiempos (1ª parte)
Para muchas personas que visitan el Vaticano, ver al Santo Padre es lo más destacado del viaje. Sin embargo, escuchar al Papa puede ser el acontecimiento más importante y que más cambie la vida de aquellos que tienen la suerte de asistir a una de sus audiencias semanales. En cada audiencia de los miércoles por la mañana, el Papa Francisco ofrece una poderosa enseñanza. Lamentablemente, los medios de comunicación no suelen cubrir estas sabias charlas. En su lugar, destacan a las personas que reciben un saludo especial del Papa o los temas por los que nos pide que recemos. Se pierden el mensaje principal: la catequesis que puede cambiar nuestras vidas.
Desde hace un año, el Papa Francisco utiliza regularmente su audiencia semanal para enseñarnos a rezar. Ha ofrecido más de 30 reflexiones frescas e inspiradoras, abriéndonos los ojos a algunas ideas nuevas y hermosas sobre la oración. A continuación presentamos un breve resumen de esas charlas.
Nota: En el momento de la publicación, el Papa Francisco había pronunciado 33 reflexiones sobre el tema de la oración. A continuación, en una barra lateral, se indican los nombres y las fechas de cada una de ellas, numeradas para facilitar su consulta a lo largo de este En portada.
Un peregrino en Roma
La curación del siervo del centurión es uno de los milagros de Jesús de Nazaret relatados en el Evangelio de Mateo [Mateo 8:5-13] y en el Evangelio de Lucas [Lucas 7:1-10] (ambos forman parte del canon bíblico cristiano). La historia no se relata en los Evangelios de Juan ni de Marcos.
Según estos relatos, un centurión romano pide ayuda a Jesús porque su criado está enfermo. Jesús se ofrece a ir a casa del centurión para realizar una curación, pero el centurión duda y sugiere que la palabra de autoridad de Jesús sería suficiente. Impresionado, Jesús comenta con aprobación la fuerte fe religiosa mostrada por el soldado (a pesar de no ser judío) y le concede la petición, con lo que el criado queda curado ese mismo día.
La historia del centurión no se menciona en el Evangelio de Marcos, el más antiguo de los cuatro evangelios. Una teoría es que el material que no aparece en Marcos, pero sí en Mateo y Lucas, podría proceder de una fuente perdida conocida como “Q”. De ser cierto, este pasaje seguiría siendo una anomalía, ya que se cree que Q era una colección de dichos de Jesús (una lista de sermones y citas) sin ningún otro material contextual; pero la historia del centurión sí incluye detalles de fondo. También sería la única historia milagrosa que se originó en Q. Una posibilidad es que sólo el diálogo estuviera en Q, y tanto Mateo como Lucas añadieran los detalles de fondo de una historia oral compartida[1].
NOVENA Y CORONILLA DE SANTA INÉS DE
ENCÍCLICA DEL PAPA PÍO XII SOBRE EL CUERPO MÍSTICO DE CRISTO A NUESTROS VENERADOS HERMANOS, PATRIARCAS, PRIMADOS, ARZOBISPOS, OBISPOS Y DEMÁS ORDINARIOS LOCALES QUE GOZAN DE PAZ Y COMUNIÓN CON LA SEDE APOSTÓLICA
La doctrina del Cuerpo Místico de Cristo, que es la Iglesia[1], nos fue enseñada por primera vez por el mismo Redentor. Ilustrando como lo hace el grande e inestimable privilegio de nuestra íntima unión con tan exaltada Cabeza, esta doctrina por su sublime dignidad invita a todos aquellos que son atraídos por el Espíritu Santo a estudiarla, y les da, en las verdades que propone a la mente, un fuerte incentivo para la realización de las buenas obras que son conformes a su enseñanza. Por esta razón, consideramos oportuno hablaros de este tema mediante la presente Carta Encíclica, desarrollando y explicando sobre todo los puntos que conciernen a la Iglesia militante. A ello Nos apremia no sólo la sobrecogedora grandeza del tema, sino también las circunstancias del tiempo presente.
2. 2. Nos proponemos hablar de las riquezas acumuladas en esta Iglesia que Cristo compró con su propia Sangre, [2] y cuyos miembros se glorían en una Cabeza coronada de espinas. El hecho de que así se gloríen es una prueba contundente de que la mayor alegría y exaltación sólo nacen del sufrimiento, y de ahí que debamos alegrarnos si participamos de los sufrimientos de Cristo, para que cuando se manifieste su gloria también nos alegremos con gran gozo[3]. [3]