El Padre Pío quiere que sepas
Oración del Padre Nuestro: Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; y perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.
Oración del Ave María: Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Oh Sagrado Corazón de Jesús, para quien es imposible no compadecerse de los afligidos, ten piedad de nosotros miserables pecadores y concédenos la gracia que te pedimos, por el Corazón Doloroso e Inmaculado de María, tu tierna Madre y la nuestra. Amén.
Quédate conmigo, Jesús, porque se hace tarde y el día se acaba, y la vida pasa; se acerca la muerte, el juicio, la eternidad. Es necesario renovar mis fuerzas, para que no me detenga en el camino y para eso, te necesito a Ti.
Novena del Padre Pío
A menudo, cuando alguien nos pide que recemos por una intención concreta, tenemos una oración específica que utilizamos, ya sea una oración espontánea o una oración memorizada. Puede ser el Rosario, un Padre Nuestro o una Coronilla de la Divina Misericordia. La oración favorita de San Padre Pío era la llamada “Novena eficaz al Sagrado Corazón de Jesús”.
Esta oración fue compuesta por Santa Margarita María Alacoque. Ella era una hermana religiosa y mística en Francia en el siglo XVII. Recibió múltiples visiones de Jesús a lo largo de su vida. Es conocida sobre todo por difundir la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
Cada día, un gran número de personas, en persona o por carta, pedían al Padre Pío sus oraciones. San Padre Pío rezaba la Novena del Sagrado Corazón y a menudo su intención era milagrosamente respondida por Dios.
Muchos creen que el poder de esta oración reside en su conexión con el Corazón de Jesús, implorándole que se apiade de nosotros y de nuestras peticiones. Jesús es manso y humilde de Corazón y el amor de su Corazón desborda por toda la humanidad. La última parte de la oración resume este amor y puede ser una de las razones por las que San Padre Pío la recitaba con frecuencia.
Padre pio oración familiar
Decir que la siguiente oración es increíblemente poderosa es quedarse muy corto. A menudo se la conoce como el arma secreta de San Padre Pío, la oración que ha provocado miles de milagros en todo el mundo. Al rezar esta oración, sea específico sobre lo que está pidiendo. Cree en la intercesión de San Padre Pío y cree en Dios para ello. Si es Su voluntad, se te concederá.
Oh Sagrado Corazón de Jesús, para Quien es imposible no compadecerse de los afligidos, ten piedad de nosotros, miserables pecadores, y concédenos la gracia que te pedimos, por el Corazón Doloroso e Inmaculado de María, Tu tierna Madre y la nuestra.
Reza la Oración del Milagro del Padre Pío – El Arma Secreta cada vez que necesites un milagro. Se ha dicho que esta oración nunca falla siempre que esté de acuerdo con la voluntad de Dios. Dios te bendiga y te guarde.
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Oración de San Padre Pío
Son muchos los milagros atribuidos al Padre Pío: milagros de curación, de conversión, de bilocación y los estigmas. Sus milagros llevaron a muchas personas a Cristo e iluminaron la bondad y el amor de Dios por nosotros. Aunque el Padre Pío es responsable de un número incontable de milagros, basta con mirar unos pocos para darse cuenta de su santidad.
Durante cincuenta años, el Padre Pío llevó los estigmas. El sacerdote franciscano llevaba las mismas heridas que Cristo en las manos, los pies y el costado. Desde 1918 hasta poco antes de su muerte en 1968, experimentó los estigmas. A pesar de haber sido examinado en múltiples ocasiones, no hubo una explicación adecuada para las heridas. “Los estigmas no eran como las heridas o lesiones normales: no se curaban. No se debían a ninguna afección médica, ya que había sido operado dos veces (una para repararle una hernia y otra para extirparle un quiste del cuello) y los cortes cicatrizaban con las cicatrices habituales. En los años cincuenta, se le extrajo sangre por otros motivos médicos, y sus análisis de sangre eran totalmente normales. Lo único anormal en su sangre era el fragante aroma, que acompañaba al que emanaba de sus estigmas.”