La oración del ángelus español
El Ángelus (/ændʒələs/; en latín, “ángel”) es una devoción católica que conmemora la Encarnación de Cristo. Como ocurre con muchas oraciones católicas, el nombre Ángelus deriva de su incipit, las primeras palabras del texto: Angelus Domini nuntiavit Mariæ (“El Ángel del Señor declaró a María”). La devoción se practica recitando como versículo y respuesta tres versículos bíblicos que narran el misterio, alternando con la oración “Ave María”. El Ángelus ejemplifica una especie de oración llamada “oración del devoto”[1].
Tradicionalmente, esta devoción se recita en las iglesias, conventos y monasterios católicos y por los fieles tres veces al día:[2] por la mañana, a mediodía y por la tarde (normalmente justo antes o después de Vísperas). Esta devoción también es observada por algunas iglesias anglicanas, ortodoxas de rito occidental y luteranas.
El Ángelus suele ir acompañado del toque de la campana del Ángelus, que es una llamada a la oración y a difundir la buena voluntad a todo el mundo. El ángel al que se refiere la oración es Gabriel, un mensajero de Dios que reveló a la Virgen María que concebiría un niño que nacería Hijo de Dios (Lucas 1:26-38)[3].
Cómo rezar el ángelus a solas
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Oremos. Derrama, Señor, tu gracia en nuestros corazones, para que nosotros, a quienes la Encarnación de Cristo, tu Hijo, fue dada a conocer por el mensaje de un ángel, seamos llevados por su pasión y su cruz a la gloria de su resurrección. Por el mismo Cristo, Señor nuestro. Amén.
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Historia de la oración del ángelus
La oración del Ángelus es una devoción tradicional que se utiliza mañana, tarde y noche en honor de la Encarnación de nuestro Señor Jesucristo. También es apropiada antes o después de la Santa Misa. La devoción recibe su nombre de la primera palabra de la oración en latín.
Derrama tu gracia en nuestros corazones, Señor, para que nosotros, que hemos conocido la encarnación de tu Hijo Jesucristo, anunciada por un ángel a la Virgen María, seamos llevados por su cruz y su pasión a la gloria de su resurrección; que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y siempre.
Cómo rezar el ángelus con campanas
El Ángelus se reza a tres horas determinadas del día: a las 6 de la mañana, a las 12 del mediodía y a las 6 de la tarde. Tradicionalmente se reza de rodillas mientras suena una campana. Durante el tiempo pascual, el Ángelus es sustituido por el Regina Caeli, práctica instituida en 1743.
Los orígenes del Ángelus se remontan sin duda a una costumbre del siglo XI que consistía en rezar tres Avemarías durante el toque de campana vespertino. El Papa Gregorio IX (m. 1241) ordenó que se tocara una campana al atardecer para recordar a la gente que rezara por las Cruzadas. En 1269, san Buenaventura instó a los fieles a adoptar la costumbre de los franciscanos de rezar tres Avemarías al sonar la campana vespertina. El Papa Juan XXII indultó esta práctica en 1318 y de nuevo en 1327. La costumbre de rezarlo por la mañana surgió, al parecer, de la costumbre monástica de rezar tres Avemarías mientras sonaba una campana a Prima. La costumbre del mediodía surgió, al parecer, de la conmemoración de la Pasión los viernes a mediodía. El Papa Calixto III (1455-1458) recomendó esta práctica como oración de protección contra las invasiones turcas de su época. En el siglo XVI se estandarizó la forma de la oración, que ha gozado de gran popularidad desde el siglo XVII. Papas como Benedicto XIV, León XIII, Pío XI y Pío XII la han recomendado. Más recientemente, el Papa Pablo VI escribió sobre él en Marialis Cultus y el Papa Juan Pablo II celebra un discurso semanal del Ángelus a mediodía en la Plaza de San Pedro. Se concede una indulgencia parcial a quienes lo recitan devotamente según la época del año.