Oración anglicana de curación
La eficacia de la oración se ha estudiado al menos desde 1872, generalmente mediante experimentos para determinar si la oración o la oración de intercesión tienen un efecto mensurable en la salud de la persona por la que se reza. Un estudio realizado en 2006 indica que la oración de intercesión en pacientes con bypass cardíaco no tuvo efectos perceptibles[1].
Mientras que algunos grupos religiosos sostienen que el poder de la oración es obvio, otros cuestionan que sea posible medir su efecto[2][3][4] El Dr. Fred Rosner, una autoridad en ética médica judía, ha expresado sus dudas de que la oración pueda ser objeto de un análisis empírico[5]. Cuestiones filosóficas básicas afectan a la cuestión de la eficacia de la oración: por ejemplo, si la inferencia estadística y la falsabilidad son suficientes para “probar” o “refutar” algo, y si el tema pertenece siquiera al ámbito de la ciencia[6].
Según The Washington Post, “…la oración es el complemento más común de la medicina convencional, superando con creces a la acupuntura, las hierbas, las vitaminas y otros remedios alternativos”. En comparación con otros campos que se han estudiado científicamente, los estudios cuidadosamente supervisados sobre la oración son relativamente escasos. El campo sigue siendo minúsculo, y en todo el mundo se invierten unos 5 millones de dólares al año en este tipo de investigación[7].
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Un enfermo, alcohólico de toda la vida, de repente se vuelve sobrio y fuerte. Un paciente operado a corazón abierto sorprende a los médicos con una rápida convalecencia. Un enfermo de cáncer al que sólo le quedaban unos meses de vida desafía las predicciones. ¿A qué se deben estas extraordinarias recuperaciones? ¿Milagro o medicina?
En este extraordinario libro, el Dr. Harold G. Koenig presenta pruebas científicas pioneras que dan respuesta a estos desconcertantes misterios médicos. Leerá sobre el estudio pionero que descubrió que los pacientes no religiosos con enfermedades cardíacas tenían tres veces más probabilidades de morir tras una intervención quirúrgica que sus homólogos religiosos. Aprenderá por qué rezar con regularidad puede ser tan eficaz como tomar medicamentos, y por qué la oración y la medicina juntas son una combinación tan potente.
Aquí conocerá a los inolvidables pacientes que tanto enseñaron a los médicos al triunfar sobre enfermedades potencialmente mortales, problemas matrimoniales desgarradores, adicciones peligrosas y mucho más. Con métodos sencillos y prácticos para aprovechar el poder de la fe, este libro que puede salvar vidas ofrece una estrategia asombrosa e inmensamente eficaz para la curación.
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La oración abre mundos de posibilidades, pero a mucha gente le cuesta rezar. Orando por la curación le ayudará a orar, ofreciéndole sólidas razones bíblicas para hablar con Dios e iniciadores de oración específicos para guiarle en la oración por la curación del cáncer. Una nueva entrada en la línea de Shiloh Run Press de Barbour, este libro reconfortante y alentador incluye temas como: Su Voluntad
La oración abre mundos de posibilidades, pero muchas personas aún luchan por orar. Orando por la curación le ayudará a orar, ofreciéndole sólidas razones bíblicas para hablar con Dios e iniciadores de oración específicos para guiarle en la oración por la curación del cáncer. Una nueva entrada en la línea de Shiloh Run Press de Barbour, este libro reconfortante y alentador incluye temas como: Su Voluntad, Su Gracia, Su Misericordia, Su Voz, Su Tiempo, Su Provisión, Su Presencia y Su Gloria. Escrito por Mary J. Nelson, oradora, ministra de oración y sobreviviente de cáncer, Orando por la curación le ayudará a acercarse cada vez más al Sanador Definitivo, Jesucristo.
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La ignorancia es la enfermedad suprema. Cuando uno destierra la ignorancia, destierra también las causas de todas las enfermedades físicas, mentales y espirituales. Mi gurú, Sri Yukteswarji, decía a menudo: “La sabiduría es el mayor limpiador”.
Intentar superar diversos tipos de sufrimiento mediante el poder limitado de los métodos curativos materiales suele ser decepcionante. Sólo en el poder ilimitado de los métodos espirituales puede el hombre encontrar una cura permanente para la “enfermedad” del cuerpo, la mente y el alma. Ese poder ilimitado de curación debe buscarse en Dios. Si has sufrido mentalmente por la pérdida de seres queridos, puedes encontrarlos de nuevo en Dios. Todo es posible con Su ayuda. A menos que uno realmente conozca a Dios, no está justificado decir que sólo existe la mente y que uno no necesita obedecer las leyes de la salud o utilizar cualquier ayuda física para la curación. Hasta que se alcance la realización real, uno debe usar su sentido común en todo lo que hace. Al mismo tiempo, uno nunca debe dudar de Dios, sino afirmar constantemente su fe en el poder divino omnipresente de Dios.