Oración a San Miguel, San Gabriel y San Rafael
Oh bienaventurado Arcángel Gabriel, te suplicamos que intercedas por nosotros ante el trono de la divina Misericordia en nuestras necesidades actuales, para que, así como anunciaste a María el misterio de la Encarnación, por tus oraciones y patrocinio en el cielo obtengamos los beneficios del mismo, y cantemos eternamente la alabanza de Dios en la tierra de los vivientes. Amén.
Un ángel es un espíritu puro creado por Dios. La teología del Antiguo Testamento incluía la creencia en los ángeles: nombre aplicado a ciertos seres espirituales o inteligencias de residencia celestial, empleados por Dios como ministros de su voluntad.
Oraciones a los arcángeles para pedir protección
San Gabriel es un arcángel cuyo nombre significa “el Poder de Dios”. Se apareció al profeta Daniel (Dan. 8:16; 9:21), al sacerdote Zacarías para anunciarle el próximo nacimiento de San Juan Bautista (Lc. 1:11, 19) y a la Santísima Virgen María para anunciarle el nacimiento de Nuestro Salvador (Lc. 1:26 ss.). Su fiesta se celebra el 24 de marzo.
Gabriel es uno de los primeros del Reino Angélico. Le dice a Zacarías que está ante el rostro de Dios (San Lucas, i. 19.). Es el Ángel de la Encarnación, porque es en este Misterio, aparentemente tan humilde, donde se manifiesta principalmente el poder de Dios: y Gabriel significa la fuerza de Dios. Encontramos al Arcángel preparándose para su sublime oficio, incluso en el Antiguo Testamento. En primer lugar, se aparece a Daniel, después de que este Profeta hubiera tenido la visión de los imperios persa y griego; y tal era la majestad de su persona que Daniel cayó sobre su rostro temblando (Dan. vii.17). Poco después, se aparece de nuevo al mismo Profeta, diciéndole el tiempo exacto de la venida del Mesías: Desde la salida de la palabra para reedificar Jerusalén hasta Cristo Príncipe, habrá siete semanas y sesenta y dos semanas (Ibid. ix. 25), es decir, sesenta y nueve semanas de años.
Oración a San Gabriel por su fortaleza
Te venero como la “Fuerza de Dios” porque eres el dador de la fuerza de Dios, consolador y consolador elegido para fortalecer a los fieles de Dios y enseñarles verdades importantes. Te pido la gracia de un poder especial de la voluntad para luchar por la santidad de vida.
Afianza mis propósitos; renueva mi valor; consuélame y consuélame en los problemas, pruebas y sufrimientos de la vida diaria, como consolaste a nuestro Salvador en su agonía y a María en sus dolores y a José en sus pruebas.
Se apareció al profeta Daniel (Dn 8,16; 9,21), al sacerdote Zacarías para anunciarle el próximo nacimiento de San Juan Bautista (Lc 1,11.19) y a la Santísima Virgen María para anunciarle el nacimiento de Nuestro Salvador (Lc 1,26 ss.). Su fiesta se celebra el 24 de marzo.
Novena a San Gabriel Arcángel
Oh Capitán y Jefe de los ejércitos del cielo, indignos como somos, te suplicamos sin cesar que nos rodees con tu intercesión y nos cubras bajo el amparo de la gloria de tus alas etéreas. Doblamos la rodilla y clamamos con perseverancia “¡Líbranos del peligro, oh Príncipe de los Poderes de lo alto!”. Amén.
Ángel de la humanidad, mensajero confiado de Dios, ¡abre también nuestros oídos a las tranquilas advertencias y llamadas del amantísimo Corazón de Jesús! Ten siempre ante nuestros ojos, te lo suplicamos, que entendamos correctamente la Palabra de Dios, que sigamos, obedezcamos y cumplamos lo que Dios quiere de nosotros. Y ayúdanos a permanecer despiertos para cuando el Señor venga a buscarnos, ¡que no nos encuentre dormidos! Amén.
San Gabriel Arcángel, te venero como Ángel de la Encarnación, porque Dios te designó especialmente para llevar los mensajes relativos al Dios-Hombre a Daniel, Zacarías y la Santísima Virgen María. Dame un amor muy tierno y devoto al Verbo Encarnado y a su Santísima Madre, más semejante al tuyo. Te venero también como la “Fuerza de Dios” porque eres la dadora de la fuerza de Dios, consoladora y confortadora elegida para fortalecer a los fieles de Dios y enseñarles verdades importantes. Te pido la gracia de un poder especial de la voluntad para luchar por la santidad de vida.