Oración por los siete dones del espíritu santo pdf
Como he indicado antes, una conversión verdadera y sincera es el prerrequisito bíblico para recibir la “Promesa del Padre”, el Don del Espíritu Santo, en tu propio Pentecostés personal. Esto significa que primero necesitas discernir si realmente eres un cristiano convertido y no sólo un cristiano cultural como lo fui yo. Si no estás seguro, y has determinado en oración que quieres estar bien con Dios y tienes hambre de conocer al Señor Jesús personalmente, entonces es fácil remediarlo. Simplemente ora de la siguiente manera
“Señor Jesús, soy profundamente consciente de que mis pecados me han separado de ti y de la vida eterna que has prometido a los que creen. Me arrepiento de mis pecados y me dirijo a ti con fe para obtener la salvación y el perdón que me ganaste en la cruz con el derramamiento de tu sangre, aun cuando todavía era pecador y sin méritos ante Dios. Te entrego mi vida. Ven a mi corazón, sé el Señor de mi vida. Sé mi Salvador y mi Rey. Vive en mí y a través de mí para que pueda representarte verdaderamente en mi servicio a los demás en tu Nombre. Amén.
Oración por los 9 dones del espíritu santo
Esta oración fue escrita por San Alfonso de Ligorio (1696-1787), obispo italiano, doctor de la Iglesia y fundador de la orden de los Redentoristas. Liguori fue un verdadero clérigo renacentista, un consumado escritor, compositor, músico, artista, poeta, abogado, filósofo y teólogo. Recibió su nombramiento como obispo de Sant’ Agta dei Goti en 1762.
Fue canonizado santo por el Papa Gregorio XVI en 1839, medio siglo después de su muerte. Sigue siendo uno de los autores católicos más leídos, con Las glorias de María y El Vía Crucis entre sus obras más populares.
En la siguiente oración de San Alfonso de Ligorio, pedimos al Espíritu Santo que nos conceda sus siete dones. Los siete dones se enumeran por primera vez en el libro de Isaías del Antiguo Testamento (11: 1-3), y aparecen en muchas obras devocionales cristianas, incluida esta oración:
Oh Dador de todos los dones sobrenaturales, que colmaste el alma de la Santísima Virgen María, Madre de Dios, con tan inmensos favores, te ruego que me visites con tu gracia y tu amor y me concedas el don del santo temor, para que actúe sobre mí como un freno que me impida recaer en mis pecados pasados, por los que te pido perdón.
Oración por los frutos del espíritu santo
Los siete dones del Espíritu Santo son la sabiduría, la inteligencia, el consejo, la fortaleza, la ciencia, la piedad y el temor del Señor… Completan y perfeccionan las virtudes de quienes los reciben. Hacen a los fieles dóciles en la pronta obediencia a las inspiraciones divinas. – CIC 1831
La Tercera Persona de la Santísima Trinidad puede ser a menudo descuidada, porque a menudo está oculta y es sutil y evasiva. El Espíritu Santo habita en lo más profundo de cada alma humana bautizada, y sin embargo nos olvidamos de esta Divina Morada. A veces Él se agita. A veces nos toca el corazón. A veces se mueve con fluidez, a veces con rapidez. Otras veces, duerme.
Mientras reflexionamos en este tiempo que sigue a Pentecostés, es oportuno ponderar nuestra relación con el Espíritu Santo y preguntarnos cómo podemos solidificarla. Es el Espíritu Santo quien “derrite lo helado y calienta lo frío”, como oímos en la Secuencia dominical de Pentecostés. Nos concede sus dones gratuitamente y sin que se lo pidamos. Cada uno de ellos es distinto de una habilidad o un talento adquiridos; debe concedérsenos en función de nuestra necesidad y de las necesidades de quienes forman parte de nuestra vida.
Novena de los siete dones del Espíritu Santo
“Este es el misterio de Pentecostés: El Espíritu Santo ilumina el espíritu humano y, revelando a Cristo crucificado y resucitado, indica el camino para parecerse más a Él, es decir, para ser ‘imagen e instrumento del amor que brota de Cristo'”. (Benedicto XVI, 4 de junio de 2006)
Querido Padre, en nombre de mi Señor Jesucristo, te pido que suscites en mí la plenitud de tu Espíritu Santo. Ayúdame a crecer en mi relación con la Tercera Persona de tu Santísima Trinidad y a vivir en su poder y utilizar sus dones.
Señor Jesús, Tú prometiste: “El Consolador, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Juan 14, 26). Ayúdame a recordar que no lo sé todo, y que eso está bien, porque el Espíritu Santo lo entiende todo. Lléname del Espíritu Santo y de su comprensión de todo lo que sucede en mi vida.
Oh Espíritu Santo, Jesús le pidió al Padre que me diera el Espíritu de la Verdad (Juan 14:17). Ayúdame a reconocerte en las Escrituras. Abre mi mente para que comprenda Tus verdades, y abre mi corazón para que acepte Tus verdades con fe, incluso antes de llegar a comprenderlas correctamente.