Libro de oraciones de san benedicto pdf
Glorioso San Benito, sublime modelo de virtud, vaso puro de la gracia de Dios. Contempladme humildemente arrodillado a vuestros pies. Te imploro en tu amorosa bondad que reces por mí ante el trono de Dios. A ti recurro en los peligros que diariamente me rodean. Escúdame contra mi egoísmo y mi indiferencia hacia Dios y hacia el prójimo. Inspírame para imitarte en todo. Que tu bendición esté siempre conmigo, para que pueda ver y servir a Cristo en los demás y trabajar por su Reino.
Alcánzame bondadosamente de Dios los favores y gracias que tanto necesito en las pruebas, miserias y aflicciones de la vida. Tu corazón estaba siempre lleno de amor, compasión y misericordia hacia los que estaban afligidos o atribulados de algún modo. Nunca dejaste sin consuelo y ayuda a nadie que recurriera a ti. Por tanto, invoco tu poderosa intercesión, confiado en la esperanza de que escucharás mi oración y me obtendrás la gracia y el favor especiales que imploro fervientemente (nómbralo).
¿De qué te protege San Benito?
Este objeto religioso es también un símbolo cristiano de apertura de puertas y apertura de caminos difíciles. La tradición sostiene que protege de las maldiciones, el mal y el vicio, protege contra las enfermedades y protege la buena salud.
¿Cuáles son las 5 reglas de San Benito?
La Norma gira en torno a cinco prácticas: Oración, Trabajo, Estudio, Hospitalidad y Renovación. La oración es el fundamento de la vida y la vocación monásticas, y puede ser una parte constante de la vida de los no monásticos también.
¿Qué significa crux Sacra sit mihi lux?
Latín: Crux Sacra Sit Mihi Lux. Traducción: Que la santa cruz sea mi luz. En las cuatro esquinas de la cruz: “C.S.P.B.”
Oración de San Benito en español
Glorioso San Benito, sublime modelo de virtud, vaso puro de la gracia de Dios. Contempladme humildemente arrodillado a vuestros pies. Te imploro en tu amorosa bondad que ruegues por mí ante el trono de Dios.A ti recurro en los peligros que diariamente me rodean.Escúdame contra mi egoísmo y mi indiferencia hacia Dios y hacia el prójimo.Inspírame para imitarte en todo. Que tu bendición esté siempre conmigo, para que pueda ver y servir a Cristo en los demás y trabajar por su reino.Consígueme bondadosamente de Dios los favores y gracias que tanto necesito en las pruebas, miserias y aflicciones de la vida.Tu corazón estuvo siempre lleno de amor, compasión y misericordia hacia los que estaban afligidos o atribulados de cualquier modo. Por tanto, invoco tu poderosa intercesión, confiado en la esperanza de que escucharás mis oraciones y me obtendrás la gracia y el favor especiales que imploro fervientemente. (menciona tu petición)Ayúdame, gran San Benito, a vivir y morir como un fiel hijo de Dios, a correr en la dulzura de su amorosa voluntad y a alcanzar la felicidad eterna del cielo.Amén.
Oración de protección de San Benito
Hoy quisiera hablar de San Benito, el Fundador del Monacato Occidental y también el Patrono de mi Pontificado. Comienzo con unas palabras que san Gregorio Magno escribió sobre san Benito: “El hombre de Dios que brilló en esta tierra entre tantos milagros fue igualmente brillante en la exposición elocuente de su enseñanza” (cf. Diálogos II, 36). El gran Papa escribió estas palabras en el año 592 d.C. El santo monje, que había muerto apenas 50 años antes, perduró en la memoria de la gente y, sobre todo, en la floreciente Orden religiosa que había fundado.San Benito de Norcia, con su vida y su obra, ejerció una influencia fundamental en el desarrollo de la civilización y la cultura europeas. La fuente más importante sobre la vida de Benito es el segundo libro de los Diálogos de san Gregorio Magno. No se trata de una biografía en el sentido clásico. De acuerdo con las ideas de su época, al dar el ejemplo de un hombre real -San Benito, en este caso-, Gregorio quiso ilustrar la ascensión a la cima de la contemplación que pueden alcanzar quienes se abandonan a Dios. Nos ofrece, pues, un modelo de vida humana en la ascensión hacia la cumbre de la perfección.
Oración milagrosa de San Benito
Todos y cada uno de los Santos son flores preciosas únicas en la tierra, cuyas raíces se hunden en la tierra fértil nutrida por la Preciosa Sangre de Jesucristo Nuestro Señor, arrojada del fructífero árbol de la Santa Cruz.
Quien busca, encuentra. Por eso es útil buscar en la vida de nuestros santos hermanos, los Santos, elementos para calentar el corazón en el camino, a veces árido, hacia nuestra plena realización terrena y sobrenatural.
En la vida de San Benito de Nursia, narrada con maestría por San Gregorio Magno, hay dos episodios, entre otros, que todos deberíamos conocer, para ayudar a nuestra meditación y hacer más fervientes nuestras oraciones.
El primer episodio cuenta la historia de San Plácido (Patrono de los Novicios), que en el intento de coger agua de un lago, cayó accidentalmente en él y, de repente, fue arrastrado por la corriente, casi ahogándose.
San Benito, desde su celda, se dio cuenta misteriosamente de lo que le ocurría a su joven discípulo. Inmediatamente alertó a San Mauro: “Corre Mauro, corre… Placidus fue a buscar agua, cayó al lago, y las olas se lo están llevando”.