Oración de consagración mariana pdf
Como católicos, tenemos ante nosotros un buffet espiritual increíblemente rico. La Santa Madre Iglesia ofrece oraciones, devociones, liturgias y tradiciones que se adaptan a cada personalidad y etapa de la vida de sus hijos. Una de estas tradiciones que se ha practicado a lo largo de los siglos es la consagración mariana. Consagrarse a la Virgen es un camino de santidad profundamente espiritual e impactante.
El acto de encomendarse al cuidado y a la intercesión de María no es nada nuevo. El mismo Jesús encomendó a María a su discípulo predilecto, Juan, mientras estaba en la cruz (Jn 19, 26-27). Los primeros cristianos y los padres de la Iglesia reconocieron la santidad de María y su importancia como Madre de Dios. Desde el comienzo de la Iglesia, hemos pedido la intercesión y la intervención de María en nuestras vidas. Al fin y al cabo, ella también es nuestra madre.
Un método más formal de consagración a María fue desarrollado por San Luis de Montfort en el siglo XVII. Su oración de 33 días consiste en unas breves instrucciones sobre por qué uno se consagra a María en primer lugar (más sobre esto más adelante) y en rezar el Rosario y otras oraciones a María y a Dios. Este período de oración culmina en una hermosa oración de consagración que se hace junto con el Sacramento de la Reconciliación y la recepción de la Sagrada Comunión, idealmente en un día de fiesta mariana.
Oración de consagración
Beneficios de los talismanes y amuletos: Los talismanes y amuletos son objetos creados y cargados para amplificar el poder personal. Ya se utilicen para concentrar la energía en la protección contra el mal, atraer la suerte, atraer el amor, conseguir riqueza o con otros fines, estos objetos se llevan con una intención específica en mente. Cuando el objeto es visible, su presencia es un recordatorio subconsciente constante de un propósito que se ha concentrado en el talismán. También sirve como punto focal para renovar nuestro enfoque energético consciente hacia la manifestación de ese deseo concreto. A lo largo del día, observa el objeto y siente su presencia en el cuerpo. De vez en cuando, permite que la intención mágica del talismán o amuleto pase al primer plano de la conciencia sin fijarte en él. El símbolo que adorna cada talismán o amuleto es un personaje único o “sigilo”, diseñado teniendo en cuenta los deseos del usuario. Sus efectos se refuerzan con el tiempo y con el uso repetido. Este sigilo se ha creado con una intención específica. Para activar su talismán o amuleto, deberá realizar su propia limpieza, concentración y carga del objeto de forma que tenga sentido para usted y sus propósitos.
Consagración a María 33 días
La devoción general al Sagrado Corazón, cuna de la Iglesia y fuente del Amor, se popularizó en los monasterios benedictinos y cistercienses, sobre todo a raíz de la devoción de santa Gertrudis la Grande (n. 1256), pero las devociones específicas se popularizaron aún más cuando santa Margarita María Alacoque (1647-1690), monja de la Visitación, tuvo una revelación personal que consistía en una serie de visiones de Cristo mientras rezaba ante el Santísimo Sacramento. Escribió: “Me reveló las maravillas de su Amor y los inexplicables secretos de su Sagrado Corazón”. Cristo le subrayó su amor – y su herida causada por la indiferencia del Hombre a este amor.
Oh Sagrado Corazón de Jesús, a Ti consagro y ofrezco mi persona y mi vida, mis acciones, pruebas y sufrimientos, para que todo mi ser se emplee en adelante sólo en amarte, honrarte y glorificarte. Esta es mi voluntad irrevocable: pertenecerte enteramente y hacerlo todo por tu amor, renunciando de todo corazón a todo lo que pueda desagradarte.
Oración de consagración a Jesús
Consagrarse significa ponerse al servicio de Dios. La Iglesia siempre ha preconizado consagrarse a Jesucristo por medio de la Santísima Virgen María, modelo perfecto de discipulado.
Desde la primera oración conocida a María, el Sub Tuum Praesidium (c. 200), pasando por San Juan Damasceno (m. 750), hasta San Luis de Montfort (m. 1716), la devoción a María y la consagración total a Ella tienen raíces antiquísimas. En nuestros tiempos, el Papa Juan Pablo II recomendaba un “acto de entrega” a María (su lema papal era un entusiasta Totus Tuus-“Totalmente tuya”). San Maximiliano Kolbe añade una fuerte dimensión misionera a la consagración mariana.
La consagración mariana, por tanto, no es una espiritualidad arcaica, sino un medio vivo y activo de hacer avanzar la Fe como Pueblo de Dios. No es una “devoción” más, sino una espiritualidad completa, que no se emprende a la ligera.
En 1992, el Santo Padre desarrolló aún más nuestra comprensión de esta consagración. Al morir por otro y “consagrar su vida a la Virgen lmmaculada”, San Maximiliano se ha convertido, sugirió el Santo Padre, en un “profeta y un signo de la nueva era, la civilización del amor”. San Juan Pablo II refrendó el ejemplo kolbeo de la Consagración Mariana como elemento crítico de la “Nueva Evangelización” para el tercer milenio cristiano, y a San Maximiliano como principal intercesor.