Jueves Santo de la Cena del Señor – 9 de abril de 2020
Antes de comenzar su ministerio público, Jesús vivió su propia Cuaresma. Durante cuarenta días se enfrentó a las tentaciones del diablo. Al final de este tiempo, se nos dice: “Cuando el diablo hubo terminado todas las tentaciones, se alejó de él por un tiempo” (Lc 4, 1 3).
En esta noche, quedémonos una hora con Jesús. Hagamos ahora lo que Él invitó a sus Apóstoles a hacer entonces: estar con Él en esta hora de aparente derrota, para que podamos experimentar con Él su gloria invencible.
El demonio intentó que Jesús dudara de su Padre, de su filiación. Sin embargo, Jesús nunca se enfrenta solo a la tentación. Jesús nunca ha estado ni estará solo, ni en su divinidad ni en su humanidad. Ni en su divinidad, porque Dios nunca está solo, sino que fue, es y será siempre una comunidad de Personas. Ni en su humanidad, porque Jesús reconocía todo como signo de su Padre.
Esta noche no es la primera noche que Jesús fue con sus Apóstoles a rezar. En otra ocasión les invitó a acompañarle y, cuando llegaron al lugar, vieron a una multitud hambrienta que esperaba y pedía comida (Mc 6,30-44). Jesús no miró a aquella gente como una molestia, sino como el rostro mismo de su Padre. Reconoció en la presencia de aquella multitud la presencia de su Padre relacionándose con él, amándole, expresando su voluntad, que Jesús sabía que sería mayor que la que él mismo había planeado. Mientras los Apóstoles querían echar a la gente, Jesús abrazó las circunstancias y afirmó así que toda realidad es signo de su Padre.
Jueves Santo – Cena del Señor y Adoración hasta las 22.30 horas
Como este pedazo de pan fue esparcido por los montes y luego fue reunido y hecho uno, así tu Iglesia sea reunida desde los confines de la tierra en tu Reino. Tuya es la gloria y el poder por Jesucristo para siempre.
Te damos gracias, Padre santo, por tu nombre sagrado que has albergado en nuestros corazones, y por el conocimiento, la fe y la inmortalidad que has revelado por medio de Jesús, tu Hijo. A ti sea la gloria por siempre.
Maestro todopoderoso, tú has creado todo por amor de tu nombre, y has dado a los hombres alimento y bebida para que disfruten y te den gracias. Pero a nosotros nos has dado alimento y bebida espirituales y vida eterna por medio de Jesús, tu Hijo.
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia, para salvarla de todo mal y hacerla perfecta por tu amor. Hazla santa y recógela de los cuatro vientos en tu Reino, que le has preparado. Tuyo es el poder y la gloria para siempre.
Fuente: Libremente modificado de La Didaché, ed. Cyril Richardson, 1953. Cyril Richardson, 1953. CCEL. La Didajé, también conocida como Enseñanza de los Doce Apóstoles, es un breve tratado anónimo de los primeros cristianos, fechado en el siglo I por la mayoría de los eruditos modernos. Algunos elementos de la Didajé son similares a los del Evangelio de Mateo, otros parecen ser añadidos apócrifos.
Adoración del Santísimo Sacramento – Jueves Santo
Mi Preciosísimo Señor Jesús, esta noche te reuniste con tus Apóstoles para compartir con ellos tu última cena. Pero no era una comida ordinaria. Era el don de Tu Santísimo Cuerpo y de Tu Sangre, que pronto iban a ser rotos y derramados en la Cruz por la salvación del mundo.
Permíteme, querido Señor, pasar esta noche en oración y meditación contigo. Después de la cena, invitaste a Tus Apóstoles a unirse a Ti durante una hora, para permanecer despiertos y velar mientras Tú te preparabas para Tu arresto. Los Apóstoles se durmieron, dejándote solo en tu amarga agonía.
Acepto Tu dulce invitación de amor, querido Señor, para pasar esta noche en vigilia contigo. Que pueda entrar en Tu Corazón ante la persecución que habías de sufrir por mis pecados. Que pueda consolar a Tu Sagrado Corazón y conocer el amor y la Misericordia que brotaron.
Señor, cuando me enfrente a las cruces de mi propia vida, dame Tu divino valor y fuerza para decir “Sí” a la Voluntad del Padre. Tu amor por mí es abundante y perfecto en todos los sentidos. Ayúdame a conocer ese amor, a abrazarlo y a permitir que entre en mi vida.
Oración Matutina y Adoración (EE.UU.) – Jueves Santo
Rezar con el Santísimo Sacramento depositado el Jueves Santo es “una invitación a la adoración silenciosa y prolongada del maravilloso sacramento instituido por Jesús en este día”, según la Congregación para el Culto Divino y los Sacramentos. Foto CNS
Cuando Cristo en el Santísimo Sacramento es trasladado el Jueves Santo a un sagrario en un lugar diferente para representar su tiempo en la tumba después de su crucifixión, los católicos tienen la oportunidad de seguir y orar allí como una forma de entrar en la Pasión, dicen los profesionales del ministerio litúrgico.
El traslado del Santísimo Sacramento es principalmente una forma de salvaguardar las hostias consagradas necesarias para la liturgia del Viernes Santo, cuando no se puede consagrar ninguna, dijo Michael Silhavy, miembro del Equipo de Servicios Parroquiales de la archidiócesis.
Pero la práctica, que se remonta a la Edad Media, también ofrece a los católicos la oportunidad de reflexionar en sus parroquias sobre la institución de la Eucaristía, así como sobre los acontecimientos conmemorados durante el Triduo Pascual, que se prolonga durante el Viernes Santo, el Sábado Santo y termina en la tarde del Domingo de Resurrección.